A través de la Pastoral Social, Monseñor José Mario Bacci, ha pedido a la comunidad moverse en misericordia para llevar a cabo una colecta de víveres destinados a los damnificados por las recientes lluvias.
El compromiso de ayudar debe ser de todos. Es el mensaje con el que la Diócesis de Santa Marta ha hecho el llamado para llevar a acabo una colecta de viveres destinados a los damnificados por las recientes lluvias y la temporada de invierno que ha azotado a la capital del Magdalena las últimas semanas.
Unidos al clamosde las comunidades de San Jorge, San Fernando y la Ensenada, las cuales han sido gravemente afectadas por el invierno. Monseñor José Mario Bacci, a través del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, ha pedido el apoyo urgente de la comunidad para hacer frente a esta crisis, instando a los feligreses a donar alimentos no perecederos que puedan ayudar a las familias más afectadas.
Hasta el momento los organismos de socorro han anunciado que con cerca de 177 damnificados que deja esta temporada, y la intención de la Diócesis es entrar a apoyar de la manera más completa posible a estas comunidades.
Todo esto por cuenta de las fuertes lluvias de las últimas semanas han provocado serias inundaciones en varias comunidades del área, especialmente en los barrios que pertenecen a la parroquia Dulcísimo Corazón de María, como los sectores de Barrio Nacho Vives, San Fernando y San Jorge.
Asímismo, la parroquia Inmaculada Concepción, que abarca el corregimiento de Gucamayal, también se ha visto seriamente afectada, lo que ha dejado a muchas familias sin recursos y con graves pérdidas materiales.
Estos víveres pueden ser entregados en todas las parroquias locales o directamente en las zonas más golpeadas, donde los sacerdotes Gustavo Adolfo Acevedo y David Leonardo Arrieta están liderando el acompañamiento pastoral.
Al días de hoy se han entregado alrededor de 500 mercados, con el apoyo de diversas entidades y comunidades parroquiales. De los cuales, 200 han sido gestionados por la Pastoral Social de la Diócesis, y 100 más fueron donados por la parroquia San José, la cual ha sido pionera en esta labor de solidaridad.
Las donaciones han sido fundamentales para aliviar en parte la situación de las familias afectadas, pero la necesidad sigue siendo grande.
Por su parte, los sacerdotes responsables de las parroquias de las zonas más afectadas, Acevedo y Arrieta, han manifestado su gratitud hacia todos los voluntarios y benefactores que han respondido al llamado de solidaridad, y han asegurado que seguirán acompañando a las familias con oraciones y ayudas materiales.