Falsos campamentos de vacaciones o el uso de ‘novias’, son las nuevas formas de engaño de grupos armados.
El Defensor del Pueblo Carlos Camargo emitió una alerta ante las nuevas modalidades que estarían utilizando los grupos ilegales para engañar a los menores de edad y llevarlos a las filas de sus organizaciones.
Camargo, entregó apartes de del informe ‘Dinámicas actuales de reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales o delincuencia organizada’.
“Los grupos armados ilegales están utilizando nuevos métodos para reclutar a niños, niñas y adolescentes en el país, como los falsos campamentos de vacaciones o las promesas de regalos de motocicletas o armas, además de las amenazas a padres y profesores”, dijo Camargo.
En esta modalidad de reclutamiento se determinó que las AGC – Clan del Golfo vienen desplegando estrategias de reclutamiento hacia la población de adolescentes y jóvenes, tanto hombres como mujeres, en edades entre los 17 y 25 años; que prometen llevarlos a recibir entrenamiento en campamentos y, posteriormente, permitir que sirvan como milicianos, en las zonas donde residen.
Según el informe, los actores armados aprovecharon el cese en las labores académicas de manera presencial y las difíciles condiciones de acceso a las clases virtuales, así como las escasas opciones de aprovechamiento del tiempo. Situación que se evidenció en departamentos como Antioquia y Chocó.
A esto se suman las denuncias por amenazas a docentes y directivos de establecimientos educativos, lo que resulta más grave ante la presencia de grupos ilegales cerca de los colegios y otros entornos protectores.
Riesgos para los migrantes:
También se describió el incremento de la presencia y accionar de grupos de delincuencia trasnacionales, entre ellos uno denominado ‘Los Venecos’, que se unen a grupos de delincuencia organizada de alcance local de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el ELN, o para el control de la frontera colombo-venezolana entre el ELN y el grupo armado Los Rastrojos.
En este caso también hay riesgo con los migrantes venezolanos, específicamente en Norte de Santander y en Nariño.
Estos grupos se aprovechan de los problemas socioeconómicos, agudizados por la pandemia, y engañan a los niños diciéndoles que tendrían sumas de dinero mensuales, en algunos casos de 600.000 a un millón de pesos, o que les regalarían motocicletas o armas, entre otros elementos.
En otros sitios les dicen que según sus labores pueden ir ascendiendo en las estructuras criminales.
Según Carlos Camargo, la Defensoría del Pueblo ha conocido casos en los cuales involucran sentimentalmente a las víctimas, con supuestas novias que los inducen a ingresar a los grupos ilegales. Ellas los llevan a otros municipios con promesas de trabajo y los inducen al consumo de sustancias psicoactivas, para luego involucrarlos en las actividades de narcotráfico y la extorsión.
“En general, hay una combinación con otras conductas violatorias a los derechos como amenazas, desplazamiento forzado, desplazamientos intraurbanos, secuestro, violencia sexual, explotación sexual comercial, homicidios, desapariciones, tratos inhumanos o degradantes y restricciones a la movilidad en contra de nuestros niños”, puntualizó el Defensor del Pueblo.