Expertos epidemiologos basados en estudios sobre el comportamiento de la pandemia, consideran innecesarias algunas medidas.
Desde que se adoptaron las nuevas medidas restrictivas en Santa Marta, volvieron las largas filas y por ende las aglomeraciones en bancos, supermercados, centros comerciales, entidades y establecimientos públicos en general.
La razón obedece a que las personas así prefirieran quedarse en casa en aislamiento, necesitan obligatoriamente salir para hacer diligencias y compras de alimentos y elementos básicos del hogar.
Abraham Katime, especialista en enfermedades infecciosas, basado en análisis del comportamiento y afectación de la pandemia en el mundo, considera que medidas como el confinamiento, el toque de queda en horas tempranas y los pico y cédula no tienen resultados costo-efectivos.
Con lo anterior quiere decir que aunque generan un grave impacto a la economía por tantas restricciones para los negocios, no logran reducir los contagios y mucho menos las muertes.
“Está demostrado con cifras que países donde no hubo cuarentena estricta ni otras medidas, las tasas de infectados y fallecidos es mucho más baja que en otros que si realizaron bloqueos severos y prolongados”, explicó.
Katime, basa su afirmación en el actual panorama que vive hoy la ciudad, donde salir a hacer unas compras o trámites obligatorios, resulta un caos y una exposición permanente al virus.
“Volvimos al caos del inicio de la pandemia. Todo permanece más lleno que de costumbre porque las personas tienen un día específico para salir y deben en un reducido plazo de tiempo hacer todas sus diligencias personales. Esto contrario a ayudar, dificulta todo y aumenta el riesgo de contagio”, añadió el especialista.
Katime sugiere, por ejemplo que los toques de queda inicien a las 10 de la noche, para que los negocios y empresas tengan un tiempo prudente para funcionar y brindar una atención organizada y con todos los protocolos a sus usuarios.
“De esta manera ellos podrán reactivar la economía y se da la tranquilidad a las personas de poder cumplir sus compromisos”, anotó.
Disciplina social y cumplimiento de aforos
El médico internista, considera definitivamente que la mejor manera de protegerse del virus es a través de la disciplina social y el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad como el distanciamiento social, el uso de tapabocas y el lavado permanente de manos.
Igualmente, aclara que tanto los administradores y propietarios de establecimientos en general deben cumplir los aforos para que no hayan aglomeraciones.
Esto debe ser supervisado por las autoridades, puesto que son precisamente las multitudes de personas las que disparan el contagio.
Pruebas masivas
Por otra parte, el médico Abraham Katime explica que el hecho que diariamente se detecten un mayor número de casos, es un indicador positivo porque permitiré a las autoridades sanitarias establecer dónde están los infectados y proceder a su respectivo aislamiento para cortar la cadena de contagios.
“La gente se alarma cuando ve cifras altas de contagiados y es normal, pero hay que decir que estos reportes quieren decir que la administración local y las EPS están haciendo un buen trabajo de rastreo y localización del virus, lo cual permitirá medidas correctas para frenar la velocidad de la infección”, agregó.
En este sentido calificó como acertada la labor que viene coordinando la Secretaria de Salud Distrital con las pruebas masivas gratuitas que se vienen realizando en toda la ciudad.
“Estas acciones dan una percepción que el virus se descontroló, pero no siempre es así. Lo que sucede es que se están haciendo más pruebas y eso es positivo de cara a estrategias más acertadas”, sostuvo.
Finalmente el infectólogo señaló que el aumento sostenido de casos positivos persistirá por lo menos unas 3 o 4 semanas más, luego vendrá una pequeña meseta de casos y bajarán nuevamente a mediados de mayo.
“Esta es una batalla que tenemos perdida, lo que hay que pensar ahora es en implementar medidas realistas para mitigar las pérdidas por el covid, saber dónde está el virus y aislar a los contaminados”, agregó Abraham Katime, quien aclaró también que no es momento de eventos sociales, fiestas ni reuniones masivas, porque estos espacios son en estos momentos de alto riesgo para la salud propia y familiar.
El Secretario de Salud Distrital, Henrique Toscano ha expresado que las medidas drásticas siguen sin lograr controlar la emergencia; sin embargo, sostiene que es muy prematuro sacar conclusiones y tomar una nueva decisión sobre el paso a seguir.
Ejemplos en el mundo
Más de dos docenas de estudios han cuestionado la efectividad de los bloqueos y cierres de ciudad, basándose principalmente no en modelos matemáticos sino en tendencias en casos y muertes de Covid-19.
Los estudios han demostrado repetidamente que el cierre de escuelas tiene poco o ningún impacto en la propagación viral y la mortalidad. Al comparar regiones y países, los investigadores han descubierto que las tendencias en las infecciones eran similares independientemente de si hubo cierres de negocios obligatorios o pedidos para quedarse en casa.
Parece intuitivamente obvio que los bloqueos salvarían vidas al reducir las interacciones sociales y, por lo tanto, la propagación del virus, pero hay otras consecuencias. Los bloqueos obligan a las personas a pasar más tiempo en interiores, donde los virus se propagan con mayor facilidad. Al evitar que los jóvenes socialicen y se expongan al virus, un bloqueo prolongado ralentiza el desarrollo de la inmunidad colectiva en esta población de bajo riesgo, por lo que eventualmente el virus puede infectar y matar a personas mayores vulnerables.
La primavera y el verano pasado, los funcionarios de salud pública atribuyeron la baja tasa de mortalidad por Covid-19 de California a sus estrictas políticas de cierre y predijeron un desastre para Florida, que reabrió temprano y sigue siendo uno de los estados menos restrictivos.
Pero los bloqueos de California no evitaron un brote severo en el invierno. Si bien la tasa de mortalidad por Covid-19 del estado permanece ligeramente por debajo del promedio nacional, su tasa general de exceso de mortalidad desde que comenzó la pandemia está muy por encima del promedio nacional.
En Florida, por el contrario, la tasa de exceso de mortalidad está por debajo del promedio nacional y significativamente por debajo de la de California, especialmente entre los adultos más jóvenes.
Los funcionarios de salud pública denunciaron ampliamente a Suecia por negarse a bloquear y exigir máscaras la primavera pasada, cuando su mortalidad por Covid-19 era alta. Un modelo informático proyectó casi 100.000 muertes suecas por el virus el año pasado. Pero esa predicción resultó ser diez veces más alta, y desde entonces otros países se han puesto al día con Suecia. Si bien sufrió otro brote este invierno, principalmente en regiones que no se vieron muy afectadas en la primavera, la cifra acumulada de muertes per cápita de Suecia por Covid-19 está ahora ligeramente por debajo del promedio de la Unión Europea y aproximadamente un 20 por ciento más baja que la de Estados Unidos.
Cuando se trata de prevenir el exceso de muertes, Suecia lo ha hecho al menos tan bien como el resto de Europa o mejor, dependiendo de cómo se calcule. Para determinar el exceso de mortalidad, los estadísticos primero definen la línea de base para un número “normal” de muertes en cada país.
Esto se puede hacer ampliando la tendencia de mortalidad de los años anteriores o tomando un promedio de las tasas de mortalidad pasadas, con ajustes para la estructura de edad cambiante de la población.
Un grupo de investigadores en Israel y Alemania calcula que ha habido un 11 por ciento más de muertes de lo normal en Suecia desde que comenzó la pandemia, lo que es un poco más bajo que la mediana entre los países europeos. Los estadísticos del Economist también clasifican el exceso de mortalidad de Suecia ligeramente por debajo de la media europea desde que comenzó la pandemia.
Un equipo de la Universidad de Oxford, que contó las muertes durante todo 2020, calcula que la tasa de exceso de mortalidad de Suecia el año pasado fue solo del 1,5 por ciento, que fue inferior a dos tercios de los países de Europa.
Según cualquier medida de exceso de mortalidad, a Suecia le ha ido mucho mejor que a países con encierros especialmente estrictos y mandatos de enmascaramiento, como el Reino Unido, España y Portugal. No le ha ido tan bien como Noruega y Finlandia, donde la mortalidad no ha sido más alta de lo normal.
