Cientos de personas está acatando las medidas, sin embargo, no lo hacen como debe ser.
La población samaria no ha entendido la gravedad del significado que el coronavirus ya hace presencia en más de 120 países, entre ellos Colombia. El aislamiento obligatorio, decretado por el Gobierno nacional, departamental y Distrital, ha sido acatado por cientos de ciudadanos, pero no como debe ser.
En Santa Marta, entre las 6:00 de la mañana y 6:00 de la tarde es normal ver los vehículos particulares y motocicletas circulando, pese a las restricciones que existen de solo salir en ellos para emergencias como: abastecimiento de alimentos, compra de medicinas o trasladarse de emergencia hasta un centro hospitalario.
Durante las horas mencionada, el personal de agentes de tránsito del Distrito y de la fuerza pública brillan por su ausencia; este martes, cuando el equipo periodístico de SANTA MARTA AL DÍA se trasladó hasta las calles de Santa Marta se topó con un panorama nada alentador. Carros particulares con cuatros ocupantes, motociclistas con parrilleros y personas aglomeradas sin protección en los supermercados.
Y aunque en la capital del Magdalena ya se registra 12 casos positivos de COVID-19, uno de ellos lamentablemente falleció, los samarios aun no entran en razón. En los barrios más populares de la ciudad es normal ver a niños, jovenes y adultos sentados en las puertas de las casa, en las esquinas y hasta jugando fútbol.
El decreto de cierre de playa, ríos y piscinas también ha sido violado, durante el pasado fin de semana, más de 60 personas se trasladaron hasta la escondida playa de Pescaito y sin ninguna protección para prevenir contagiarse del coronavirus y todos aglomerados, se lanzaban desde las piedras más altas hacia el mar, otros comían y algunos solo llegaron con su parlante para escuchar música y “relajarse” con el sonido de las olas.
Asimismo, hacía el sector del corregimiento de Minca nadie pone orden. A través de las redes sociales, algunos samarios colgaron sus fotografías de paseos realizados al balneario pozo azul y centro de recreación de esa zona rural de Santa Marta.
El contundente llamado es a las autoridades policiales y de la administración Distrital, quienes a partir de este momento deberán ponerse al frente de esto y poner sanciones drásticas a los ciudadanos que se encarguen de violar todos los decretos expedidos.