Habitaciones, cabañas y apartaestudios están listos para ser ocupados pese a que este servicio se encuentra prohibido.
La parahotelería no se detuvo en el balneario turístico El Rodadero, ni siquiera con las medidas de restricción estrictas impuestas en Santa Marta por el Covid-19.
“Acá la Policía sabe como son las cosas y no tenemos problemas con ellos”.
A pesar que el servicio de alojamiento en hoteles, residencias y moteles quedó prohibido en todo el país desde marzo, casi dos meses después en esta zona de la capital del Magdalena algunos sitios de hospedaje siguen abiertos al público de manera ilegal.
Los acostumbrados comisionistas que suelen ubicarse con un letrero en las calles para captar huéspedes, aunque en un menor número, se mantienen con nuevas estrategias para ofrecer el alojamiento a muy bajos precios.
En cuanto ven a una persona caminando o un vehiculo que baja la velocidad, lo interceptan hasta tres personas, todas con acento venezolano que le aseguran que pagando poco tienen acceso a una habitación incluso con vista al mar.
Algunos ni siquiera traen consigo tapabocas o elementos de protección. Así de manera informal como están acostumbrados, le dicen al posible cliente que tienen disponibles cuartos, apartamentos o apartaestudios con tarifas desde 20 mil hasta 100 mil pesos por noche.
SANTA MARTA AL DÍA constató directamente como viene funcionando el servicio de hospedaje en El Rodadero.
En una visita al balneario contabilizó a por lo menos 12 hombres que se encargan de conseguirle los huéspedes a estos hoteles y cabañas que siguen activos durante la cuarentena.
“Pana en El Rodadero es el único lugar de la ciudad, donde por estos días va a encontrar una habitación buena, bonita y barata”, indica uno de los comisionistas.
Estos reclutadores guían al huésped hacia las distintas opciones que hay de hospedaje.
Habitaciones para parejas, grupos o familias enteras se encuentran listas para ser ocupadas sin ninguna medida de bioseguridad.
EN EL REBUSQUE
Alfonso, uno de los que se rebusca con esta actividad asegura que diariamente siguen llegando personas de municipios y ciudades vecinas a encontrarse con sus parejas y para ello necesitan un lugar donde pasar la noche. Otros que viven en Santa Marta solo solicitan las habitaciones por horas o el día para tener un encuentro sexual, debido a que los moteles y residencia permanecen cerrados.
“Aquí le alquilamos el cuarto por el tiempo que necesite”, indica una propietaria de uno de los hoteles que permanecen abiertos. “No tenemos problemas con la Policía, ya ellos saben como son las cosas y no nos molestan. Más bien si necesitan un rato una habitación se la prestamos sin ningún costo”, añade la mujer.
Muy cerca del grupo de comisionistas en El Rodadero, una patrulla realiza un recorrido por el sector; a pesar de notar que hay una clara violación de la cuarentena hace caso omiso y no se detiene en su andar.
“Ellos son bien, solo nos piden que hagamos bien las cosas”, manifiesta Alfonso, quien no niega que preferiría estar en su casa con su familia, pero como no tiene con que comer esta es la única manera de rebuscarse. “En estos tiempos logramos llevarnos al final del día hasta 50 mil pesos en comisiones, es una ayuda importante”, anotó.
UN “BAÑITO” DE MAR
Los comisionistas le sugieren a sus posibles clientes que si desean un baño en el mar lo pueden hacer a tempranas horas del día cuando todavía no hay presencia de la Policía.
También parece común en medio de la pandemia ver turistas que llegan con maletas a buscar un lugar donde disfrutar de la ciudad. Trago y comida a domicilio y el mar en las horas que los comisionistas sugieren.
Los habitantes de El Rodadero están preocupados por el servicio de alojamiento que se sigue prestando de manera irregular en esta parte de la ciudad. Advierten que si las autoridades no toman cartas en el asunto la propagación masiva del Covid-19 será inminente en la zona.