El cambio radical que muchas personas han tenido que darle a su vida a causa del coronavirus, ha generado el aumento de un enemigo silencioso en las mentes de jóvenes, ancianos y hasta niños: la depresión.
Especialistas aseguran que el cambio en hábitos y modos de vida que han limitado la libertad de movilidad de la población, generando que muchos estén propensos a padecer trastornos mentales.
Así lo confirman varios psicólogos aseguran que por las medidas podrían desarrollarse casos de estrés, ansiedad y depresión, incluso en personas que no sufren de dichos trastornos.
El caso registrado en el sector de Juan XXII solo fue uno de los tantos de depresión que han terminado en tragedia.
Aunque aun está por establecerse si la situación del Covid-19 agravó el estado del joven que decidió acabar con su vida, los conocedores del tema no descartan esta hipótesis.
Especialistas internacionales como Óscar Galicia, coordinador del departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana, señaló que la situación de saber que existe un virus a fuera y que se es propenso a contraerlo, provoca emociones negativas como el estrés y la ansiedad asociadas a la amenaza.
Otro desorden que se puede presentar durante la pandemia de coronavirus es el estrés, pues el temor y la ansiedad con respecto a la nueva enfermedad pueden resultar abrumantes y generar emociones fuertes en adultos y niños.
“Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, pueden hacer que las personas se sientan aisladas y en soledad y es posible que aumente el estrés y la ansiedad. Sin embargo, estas medidas son necesarias para reducir la propagación del COVID-19”, dijo la psicóloga Lina García Villalba, consultada por SANTA MARTA AL DÍA.
Asimismo, se señala que el estrés durante un brote de una enfermedad infecciosa puede incluir reacciones como:
Temor y preocupación por su salud y la salud de sus seres queridos, su situación financiera o laboral, o la pérdida de servicios de apoyo de los que depende. La fuerte dependencia económica que constata la alta vulnerabilidad social que atraviesa el Distrito por el cierre de los servicios turísticos y otras fuentes de ingreso a causa del Covid-19, han dejado como saldo la masacre laboral de más de 60 mil samarios.
Los gremios como la Cámara de Comercio, no entregan datos muy alentadores sobre lo que se avecina para el Magdalena, pues en un reciente informe indica que más del 50% de los magdalenenses podrían enfrentarse a condiciones de pobreza aguda al finalizar el año.
En el sexto boletín del estudio de monitoreo de impacto económico ocasionado por la pandemia del coronavirus, la entidad devela datos alarmantes para la recuperación del tejido empresarial del territorio.
El estudio evidencia que la intensidad de los efectos de la crisis por actividad económica ha sido más fuerte en los sectores de servicios de turismo, industria cultural tradicional, comercio, reparación de bienes, hoteles y restaurantes, transporte, moda y automóviles; y son precisamente estos sectores productivos los que aportan el 23,7% del PIB departamental y el 42% del empleo.
OTROS FACTORES
Podrían presentarse dificultades para dormir o concentrarse, agravamiento de problemas de salud crónicos, agravamiento de problemas de salud mental, mayor consumo de tabaco y/o alcohol y otras sustancias, entre otros.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 450 millones de personas a nivel global sufren algún trastorno mental, lo que ubica estos padecimientos como las principales causas de mala salud y discapacidad en todo el mundo.
El organismo también señala que una de cada cuatro personas se verá afectada por trastornos mentales o neurológicos en algún momento de sus vidas.