El desabastecimiento de agua es la principal consecuencia de la temporada seca que inició el 16 de diciembre y que irá hasta el mes de junio.
En el plan de contingencia que tiene el Distrito para enfrentar la temporada seca que vive la ciudad, y que deja como consecuencia principal el desabastecimiento de agua, se contempla la declaración de la calamidad pública.
Jaime Avendaño, director de la Oficina para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático -Ogricc-, entregó detalles sobre el proceso que se lleva en la capital del Magdalena para a hacer frente a la fuerte sequía que se enfrentará hasta los meses de junio y julio en esta zona del país.
“La temporada seca trae varios escenarios como lo son el desabastecimiento de agua, incendio forestales y fuertes vientos que generan vendavales y afectación al cablado eléctrico, sobre esos tres frentes estamos trabajando y entregando pautas a la ciudadanía para que tome las precauciones necesarias”, manifestó.
Así mismo, el director de la Ogricc enfatizó que el tema del agua es uno de los que más preocupa y sobre el cual hay directrices puntuales, entre ellas declarar “la calamidad pública que es una opciones que tiene el Distrito y que de llegar a hacer necesario se hará, para obtener recursos que permitan ejecutar el plan de contingencia que contempla habitar los pozos de la ciudad y ampliar el tema de carrotanques, contando con el apoyo y recursos del Gobierno Nacional”.
De momento, en Santa Marta están activadas las alertas y se realizan monitoreos constantes a las plantas de captación El Roble y Mamatoco, y de acuerdo con el comportamiento que tengan estás se terminará el siguiente paso de la contingencia.
“En la planta de Mamatoco la alerta se genera cuando el nivel de captación es de 370 l/s; la calamidad se da a los 300 l/s de momento se encuentra por encima de 400 litros por segundo. Entre tanto, en la Planta de El Roble el nivel de alarma ocurre en los 300l/s, calamidad en los 250l/s; la actualidad de está esta arriba de 380”, detalló Jaime Avendaño.
Con este panorama, una nueva declaratoria de calamidad pública es casi que inminente, y más cuando hay 55 barrio en situación vulnerabilidad por el desabastecimiento.