A veces las cosas tienen que pasar para que se actúe con prontitud y eficacia para que las historias no se repitan, pero en este caso la narrativa parece haber sido escrita en el libro del olvido.
La ciudad despertó este martes con una historia desgarradora para el comercio local, 12 colmenas de la galería del mercado público quedaron resumidas a pura cenizas y 8 más resultaron con averías leves, por fortuna. Un voraz incendio que inició a las 2:30 de la madrugada quemó los sueños de un gremio golpeado por la pandemia, familias que prestaron dinero para resurgir hoy viven una incertidumbre de la forma para pagar las cuotas y saldar las deudas.
Las llamas que tardaron más de una hora en ser apagadas se llevaron a su paso ropa, calzado, electrodomésticos y equipos de tecnología, era la esperanza de muchos que esperaban empezar con pie derecho la temporada alta de diciembre. El mes se torna ‘negro’ y aunque han llovido las promesas de la alcaldía de subsidiar las pérdidas, los damnificados prevén un resto de mes difícil.
En septiembre de 2015, en una mañana de martes coincidencialmente, un incendio de gran magnitud hizo colapsar un edificio de 4 pisos, y ante la furia de las llamas Bomberos de Barranquilla, Puerto Colombia, Soledad, Malambo y Ciénaga tuvieron que darle la mano al Cuerpo voluntarios de la ciudad, quienes durante más de 6 horas sofocaron las llamas. Parece un Déjà vu, los que se salvaron hace 5 años hoy viven su propia tragedia.
Aquel día la misma calamidad desnudó las deficiencias de la respuesta de emergencias, la insuficiencia de los socorristas y la permanente escasez de agua potable. Este retrato se trasladó al presente donde esas mismas falencias pueden ser sintetizadas en la falta de un sistema hidráulico que sirviera para apagar la candela mientras que llegaban los bomberos, lo cuales no estuvieron a tiempo porque se encontraban atendiendo otra urgencia en la vía Santa Marta – Riohacha.
Carlos Campo, experto en seguridad y salud ocupacional, dijo que este recurso no está en funcionamiento desde hace mucho tiempo por lo que esta zona comercial estaba desprotegida, no obstante, el edificio de las galerías sí cuenta con las mangueras y las gavetas, pero carece de motobombas que succionen y expulsen el agua para sofocar las llamas. Tienen la mitad del equipo pero adolecen de lo más importante.
Según el analista la infraestructura de la galería sí está en el marco de la norma, pero la plazoleta contigua a este edificio no cumple con el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE) lo que pudo representar la propagación de las llamas, mejor dicho, el peligro siempre estuvo latente y este tiempo no sirvió para que desde la administración del mercado, pasando por los mismo comerciantes hasta llegar a la alcaldía, tomarán cartas en el asunto.
A veces las cosas tienen que pasar para que se actúe con prontitud y eficacia para que las historias no se repitan, pero en este caso la narrativa parece haber sido escrita en el libro del olvido. Los que lo perdieron todo esperan que les cumplan.
