La comunidad de pescadores y pobladores circunvecinos de la Ciénaga Grande de Santa Marta se quedaron esperando la primera mesa técnica prometida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible después de la tragedia ambiental en el mayor complejo de agua de la Región que cobró la vida de miles de peces, alevinos de lisa y hasta un manatí, especie en vía de extinción.
Ricardo Lozano, ministro de Ambiente, había prometido que desde el lunes se daba inicio a las mesas técnicas para comenzar a estructurar la intervención ambiental y social que tendrá el complejo lagunar para su posible recuperación, aunque los pobladores y pescadores, se mantienen incrédulos.
“Es normal, siempre ha sido así. Cuando pasa está mortandad prometen reparación y soluciones, pero nunca las hacen ni tampoco tienen en cuenta la opinión de uno”, explicó Luis Eduardo Robles, pescador de Tasajera.
“Todas las propuestas que se han planteado han quedado únicamente en anuncios”, apuntó Luis Orozco, miembro de Apopesca, una organización del complejo lagunar.
El capitán Francisco Arias Isaza, director del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras ‘José Benito Vives de Andréis’ Invemar, no se encuentra en el país y prometió “volver el lunes”. Él es una de las cabezas visibles de este proceso donde se busca atender la problemática social, ambiental y económica de la zona.
Según los pescadores, ese estado lamentable serían las consecuencias de la contaminación, la falta de oxigenación y la alta salinidad que registra el ecosistema.
Precisamente la comunidad está incrédula con las acciones de intervención a la Ciénaga, donde según ellos mismos, las faenas de pesca “son largas y poco productivas”.
“Ahora mismo hay pocos peces. Estamos en una mala época, sequia, caños con poquita agua… No sé hasta dónde vamos a aguantar”, zanjó Gregorio Paz, otro pescador de Tasajera.