Un espacio digno para la educación y la preservación cultural.
En una apuesta por la educación intercultural y la equidad en el acceso a la universidad, la Universidad del Magdalena inauguró la Residencia Estudiantil Ancestral, un espacio que brindará alojamiento y bienestar a 33 jóvenes indígenas de distintas etnias que sueñan con convertirse en profesionales sin dejar atrás sus raíces.
Ubicada en el barrio La Bolivariana, esta residencia forma parte de los inmuebles entregados en comodato por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) a la universidad, con el fin de fortalecer el derecho a la educación superior. Sin embargo, más que un simple edificio, este lugar representa un esfuerzo por crear un ambiente donde los saberes ancestrales y el conocimiento académico coexistan en armonía.
El rector de la universidad, Pablo Vera Salazar, enfatizó en la necesidad de generar espacios de inclusión real para los estudiantes indígenas. “Queremos que esta sea una casa donde puedan compartir, aprender y vivir en condiciones dignas, sin dejar de ser quienes son. Aquí podrán convertirse en abogados, ingenieros o médicos sin perder su identidad cultural”, señaló.
La residencia, que cuenta con una infraestructura moderna y adaptada a las necesidades de los jóvenes, ofrecerá espacios de estudio, áreas comunes, internet y un sistema de purificación de agua potable. Además, los estudiantes tendrán garantizada su alimentación durante el semestre y podrán acceder a educación gratuita a través de los programas del Gobierno Nacional.
Este proyecto se suma a la visión de Unimagdalena de llevar la educación más allá de las aulas y generar un impacto directo en la calidad de vida de sus estudiantes. Con ello, la universidad no solo refuerza su compromiso con la formación profesional, sino que también fortalece el reconocimiento y el respeto por la diversidad cultural en la región.
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