El repique de las campanas de la iglesia son el único medio disponible para avisar que hay una emergencia a la vista.
Salamina desde hace seis años presenta un grave proceso de erosión fluvial entre los kilómetros 2.1 y 2.4, de la vía que conecta al municipio con El Piñón, al punto de que locales comerciales y estaciones de servicios han terminado en la profundidad de las aguas del río Magdalena.
El pasado 30 de agosto del 2020 se presentó el primer evento erosivo a gran escala en el municipio, advirtiendo a las autoridades de lo que se venía.
Sin embargo, a la fecha y con el peligro inminente de inundación, en el territorio ribereño aún no hay un plan de evacuación en caso tal se presente una emergencia de gran magnitud que requiera acciones urgentes.
Según información entregada a Santa Marta Al Día por el secretario de Gobierno, Jaime Solano, el plan está en manos de expertos que próximamente lo entregarán y socializarán, pero ¿será demasiado tarde?
“Hace unos meses se comenzó a estructurar un plan de evacuación o un plan de emergencia que por ley deberían tener todos los municipios, pero que desafortunadamente aquí en Salamina no habíamos tenido la oportunidad de construirlo”, dijo Solano.
Este municipio, al igual que todos los sectores ribereños del Magdalena, son amenazados constantemente por procesos erosivos. En épocas de invierno el río Magdalena arremete con gran ferocidad en estos municipios y corregimientos, por lo que en plan de evacuación es primordial.
“No lo habíamos tenido y nos tomamos la tarea de buscar un consultor que nos ayudara en la construcción de ese plan y hoy día está casi que finiquitado para la entrega y socialización con la comunidad”, aseguró Solano.
Históricamente en el municipio el único medio que ha existido para avisar que hay una eventualidad con el río es el repique de las campanas de la iglesia.
Quizás en tiempos anteriores era una opción viable, dado que era un pueblo pequeño, pero ahora el municipio ha crecido y hay lugares donde el sonido de las campanas no se alcanza a escuchar, por lo que esa población está desamparada.
Además, el cuerpo de socorro no cuenta con una capacidad de reacción, dado que solo son 15 bomberos los que habitan en el municipio y se enfrentan a solas a un gigante como lo es el río Magdalena.
“Si hablamos de una emergencia de gran magnitud difícilmente el cuerpo de bomberos estaría en la capacidad de atender una emergencia como tal, pero se tienen apoyos de los organismos de bomberos más cercanos para el apoyo”, manifestó Yeison Cantillo, bombero voluntario de Salamina.
De presentarse una inundación, los cuerpos de bomberos más cercanos que pueden llegar a apoyar serían los de Fundación, Pivijay y SItionuevo por la cercanía, teniendo en cuenta que la distancia entre estos municipios es superior a 1 hora, un tiempo demasiado largo para una reacción.
La falta de plan de evacuación y reacción mantiene a los habitantes de Salamina con un ojo abierto y otro cerrado por las noches, dado que no hay quien los pueda salvar de una emergencia que ha sido anunciada e ignorada.