Algunas dueños de peluquerías y barberías en barrios de la ciudad de Santa Marta tienen grandes expectativas por la reactivación de la economía que comienza a ejecutarse de manera gradual.
Tanto para los trabajadores como a los propietarios, el panorama representa una buena oportunidad, porque comienzan a sacarle el provecho a la clientela que no había podido motilarse durante la cuarentena debido a las restricciones de este sector.
En el barrio Santa Fe, algunos de estos negocios ya permanecen con sus puertas abiertas, con la condición de utilizar cada uno de los elementos de bioseguridad, tal y como lo exige la Alcaldía Distrital para evitar el contagio del virus mientras se permanece en estos espacios.
Jorge Riaño, es un venezolano que llegó a la ciudad hace algunos años en búsqueda de mejores oportunidades, una de ellas ha sido ofrecer sus servicios de peluquero a los samarios con la mejor atención.
Riaño, manifestó en una entrevista a través de Santa Marta Al Día que antes de que comenzara la pandemia se ganaba 50 mil pesos diarios, pero actualmente logra obtener solo 20 mil pesos, teniendo en cuenta que a muchas personas aún les da temor salir a motilarse por los constantes casos de coronavirus que se vienen registrando.
“Salimos por raticos a trabajar, no nos podemos quedar encerrados, necesitamos buscar la manera de comer y alimentar a nuestras esposas e hijos. Acá llegan hasta 12 personas por día, algunos son conocidos del barrio”, dijo Jorge.
Algunos de los elementos de bioprotección que vienen utilizando los trabajadores junto a sus clientes al interior de estos locales son trajes, tapabocas, gafas de protección, alcohol y gel antibacterial.
“Siempre procuramos por desinfectar con alcohol cada uno de los implementos de trabajo, tampoco permitimos que nadie entre a nuestro negocio sin tapabocas”, aseguró Riaño.
LOS CENTROS COMERCIALES
Durante el recorrido que hizo este medio digital, tambien se evidenció la apertura de algunas tiendas de reconocidas marcas al interior de los centros comerciales, lo cual es una buena noticia para aquellos samarios que no habían podido realizar la compra de productos tecnológicos, calzado y ropa.
Algunos de los protocolos de bioseguridad que siguen los gerentes de este tipo de locales, es la demarcación con cintas para guardar el distanciamiento social, el uso de mascarillas por parte de los empleados y la aplicación de gel antibacterial al público que llega.
Por otro lado, solo es permitido un número máximo de personas a la hora de realizar la compra de los productos, con el fin de evitar aglomeraciones y el contagio del virus.
Marlon Fernández, gerente de la tienda “Miniso” al interior del centro comercial Buenavista, aseguró que “estamos en un proceso de reactivación, acá solo pueden ingresar 20 personas, mientras otro grupo hace la fila. Poco a poco los clientes se han acercado positivamente, aunque existe el temor de salir a la calle”.