De no ser intervenida la emergencia, más de 70 mil personas resultarían damnificadas.
Mientras muchos magdalenenses se preparan para vivir con alegría la temporada decembrina, en Salamina, la erosión fluvial está cada vez más cerca de tocar el casco urbano del municipio y acabar con todo lo que encuentre a su paso.
Los salamineros ven más cercana una tragedia, que la llegada de ‘Papá Noel’ a sus viviendas; en las últimas horas, el río Magdalena se llevó más de 30 metros de un antiguo dique de protección contra inundaciones, agravando y acelerando las afectaciones en esta población.
“Todo el mundo está centrado en celebrar el fin de año, mientras que en Salamina la ciudadanía hace lo humanamente posible para mitigar el impacto de la erosión, ante el lento actuar de las autoridades competentes”, señaló el Secretario de Gobierno, Jaime Solano Romo.
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De acuerdo con el funcionario, el proceso de mitigación lleva más de dos años en curso y hasta el momento, no se ha encontrado solución definitiva a la problemática, mientras que el agua continúa socavando incontables hectáreas tierra productiva.
Lo que más preocupa en estos momentos a la administración municipal es que, una vez el caudal del río ingrese a la cabecera municipal, no habrá marcha atrás y las familias deberán abandonar sus terrenos con las manos vacías; contando con que, no haya pérdidas humanas.
“Esto será una tragedia, más de 70 mil personas de la subregión río terminaran damnificados si no se interviene la situación lo antes posible”, expuso el funcionario.
Por lo anterior, hace un llamado a la administración departamental y a la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres, para que haga presencia de manera urgente en el municipio y se tomen las medidas correspondientes para salvaguardar la vida de los salamineros.