La Mujer estaba prófuga de la Justicia desde 2017 luego de haber sido condenada por el delito de parricidio.
La Policía de Investigación de Chile (PDI) en las
últimas horas a Natalia Guerra, quién es la madre del bebé que fue sacrificado
al interior de una secta en Colliguay, en la región costera de Valparaíso.
Guerra estaba prófuga de la Justicia desde 2017 luego
de haber sido condenada por el delito de parricidio a cumplir una pena de cinco
años sin beneficios.
De acuerdo a lo informado por el fiscal Juan Emilio
Gatica, la captura de la mujer se registró en una parcela de Isla de Maipo, en
donde se habría mantenido oculta por al menos dos años.
Durante el procedimiento, la Policía también se detuvo
a otra persona, que era del círculo de Guerra y que le prestaba ayuda logística
para que se mantuviera oculta.
El comisario, Juan Pardo, explicó que durante las
diligencias detectaron que la mujer se cambiaba constantemente de domicilio.
Pardo, explicó que la acusada pasará ahora a manos de
Gendarmería (guardia de prisiones) y quedará a disposición de cualquier cárcel
para que cumpla la pena de cinco años.
De acuerdo a las autoridades, el líder de la secta era
Ramón Castillo, un hombre que utilizaba el seudónimo de “Antares de la Luz”, el
mismo nombre que le puso al grupo y que fue encontrado sin vida en 2013 en una
zona aislada en la ciudad peruana del Cuzco.
La fuga de la mujer fue detectada después de que, en
marzo del 2017, la jueza Deisy Machuca, del Juzgado de Garantía de la localidad
de Quilpué, en la región de Valparaíso, condenara a cinco años de prisión, como
autora del crimen, a Natalia Guerra, madre del bebé, quien “desnudó, ató y
amordazó al lactante para lanzarlo vivo al fuego”.
La misma pena recayó en Pablo Undurraga, brazo derecho
de Ramón Castillo, quien ordenó el crimen y posteriormente huyó a Perú, donde
se suicidó en la ciudad de Cuzco cuando estaba acosado por la Policía de ese
país.
En tanto, David Pastén, Karla Franchi, María Pilar
Álvarez, Carolina Vargas y Josefina López, miembros de la secta, fueron
sentenciados a tres años de prisión en calidad de cómplices del crimen, pena
que pudieron cumplir en libertad vigilada.
Según quedó establecido en las investigaciones de la
Policía, a fines de 2012, en el sector de Colliguay, los miembros de esta secta
efectuaron un ritual en el cual quemaron al lactante por considerarlo un
“Anticristo”, hecho que causó gran conmoción a nivel nacional.