La pandemia paralizó la vida social, y con ello el turismo y el comercio.
Salir a pasear, conocer, comer o ir de rumba ya no es posible, el Covid-19 dejó al mundo entero sin vida social. Santa Marta una ciudad de naturaleza turística, cerró sus puertas y ya ni los mismos samarios pueden disfrutar de sus encantos.
El Centro Histórico una zona que diariamente acogía a miles de personas, está convertido en un sector ‘fantasma’.
Y es que aquí está ubicada nada y más nada menos que la Catedral, la majestuosa obra arquitectónica que imponentemente guarda en ella historia, cultura y religión, a la que muchas personas llegaban a diario para conocerla y tomarse una foto de recuerdo.
Otro de los lugares que más se extraña es el parque de Los Novios, un sitio que sin duda es inevitable visitar. Sentarse hablar en las bancas o en el templete, un plan predilecto para muchos que hoy no es posible.
Alrededor de este emblemático lugar, el comercio era uno de los más altos en el Centro. Bares, restaurantes y ventas por doquier lo adornaban, convirtiéndolo en la ‘zona rosa’ de la ciudad, a la que cientos de personas asistían a diario.
La vida nocturna era bastante activa: jóvenes, adultos y hasta personas mayores llegan para pasear, comer y gozar.
Cristina Gutiérrez ve con tristeza como ya no puede ir a tomarse unos cocteles, mientras conversa con su grupo de amigas en uno de los bares del sector adoquinado del Parque. “causa mucho dolor ver que ya no hay nada, la soledad es la que acompaña el lugar donde muchas veces vine a reír, hablar y bailar”, cuenta.
En este sector se encuentran las calles peatonales, que también son un espacio privilegiado para disfrutar de los placeres de la samaria.
Y sin duda el famoso ‘Callejón del Correo’, convertido en los últimos años en epicentro de la gastronomía samaria. Pasear por allí o disfrutar un buen plato en uno de los restaurantes ubicados en las casas con arquitectura antigua, era verdaderamente un privilegio, se respiraba la cultura pura y neta de la tierra de Bastidas.
“Yo era feliz comiendo aquí, venía con mi familia y aunque no es tan barato, vale la pena disfrutar de un rico plato samario. No dejo de recordar esos momentos y pedirle a Dios que pronto pase todos esto y volver deleitarse de los samarios de la comida de esta tierra”, contó.
Santa Marta en cada rincón guarde historia, pero su Centro Histórico es la fuente viva de su esencia.
La Bahía Más Linda de América, ahora engalanada con la Marina Internacional: son un conjunto armónico que era visitado por miles de personas, para tomarse fotos y descubrir el encanto de La Perla al caminar por el Camellón, que aun que, golpeado por los años, su fiel acompáñate: el Mar, hacían de él un espacio único, en donde la brisa y la arena eran los protagonistas.
En la zona de la Marina, además de los hermosos yates anclados, también fue adecuado un sector para la gastronomía y es realmente Santa Marta, así como tiene historia, tiene una variedad de platos típicos que hacen parte de su sello único y mucho nacieron con ella.
Todos estos lugares y muchos más, son ahora habitados por la soledad de un virus que acabó con la vida social y que se está llevando muchas vidas. Pero los samarios guardan la esperanza, que muy pronto todo esto pase, para que propios y visitantes puedan seguir disfrutando de su magia, comida, mar y lugares históricos.