Algunos niños y adultos fueron reubicados pero otros indígenas se niegan a dejar sus bohíos.
La vida y los cultivos de los indígenas Wiwas de la Sierra Nevada de Santa Marta que habitan en un área conocida como Arimaca, se encuentran en riesgo por los diferentes incendios forestales.
Es una comunidad compuesta por 42 familias que fueron reubicados en este sector tras problemas que padecieron en las estribaciones de la Sierra Nevada hace dos años.
En el sector de Dibulla, La Guajira se encuentra este incendio que es el más peligroso de los siete que están afectando en estos momentos el pie de monte de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Saray Peñuela, comandante de Bomberos de Dibulla le contó a El Heraldo que “la mayor parte de las familias las hemos transportado a un sitio seguro en la misma zona, pero hay muchos nativos que se negaron reubicarse otra vez y nos tocó pasar el sábado y domingo con ellos para atender alguna emergencia que pudiera amenazar sus vidas, pues el fuego siempre estuvo muy cerca”.
Llegada de helicóptero
La comandante de los bomberos manifestó que ante la gravedad del incendio que en estos momentos está quemando el bosque seco de Arimaca y sus alrededores, pidieron el apoyo de un helicóptero equipado con el sistema Bambi Bucket, el cual podría llegar este mismo lunes.
“Es que tenemos un incendio montaña adentro de la Sierra, donde hay difícil acceso y esto lleva más de tres días de estar soportando el fuego. Esto se encuentra a unas dos horas en carro desde la carretera Troncal del Caribe”, dijo Peñuela al medio regional.
Por el momento el fuego lo han combatido con 15 bomberos, la mayor parte de ellos voluntarios.
Los incendios de Dibulla este fin de semana recibieron el apoyo de dos carros cisternas que fueron enviados por el Sistema Nacional de Riesgo, pero se requieren más camiones y más bomberos para enfrentar los siete puntos calientes que se han detectado.
El segundo incendio forestal en importancia está localizado a un lado de la vereda Pénjamo, donde el fuego arrasó con unas 1.200 hectáreas de bosque, mientras que en Arimaca el desastre ocasionado por la conflagración descontrolada destruyó unas 800 hectáreas, para un total de 2.000 hectáreas afectadas.
En la lucha contra el fuego que amenaza el ‘Corazón del Mundo’, como llaman los indígenas wiwas a la Sierra Nevada de Santa Marta, no se tiene mucho presupuesto. “Estamos trabajando con las uñas y gracias al convenio anual con el Cuerpo de Bomberos del municipio estamos haciendo frente a esta otra tragedia”, expresó el secretario de Gobierno de Dibulla Lucas Brito Noche a El Heraldo.