Con el reinicio de los vuelos nacionales a partir de septiembre, las autoridades han sido vehementes sobre la aplicación estricta que se hará de los respectivos protocolos de bioseguridad tanto en aeropuerto como al interior de los aviones para cada viaje
Uno de ellos tiene que ver con la presentación de una prueba negativa del COVID-19, de mínimo 48 horas de toma, de cada pasajero que pretenda abordar a zonas del país cuyo único medio de acceso es por vía aérea. Se trata, por tanto, de San Andrés, Vaupés, Vichada y Guanía.
El pasajero, al comprar el tiquete, debe demostrar o solicitar su prueba de COVID-19, la cual será asumida en su costo por el Gobierno. También puede el pasajero, si lo desea, pagar y hacerse la prueba por cuenta propia.
Si ese requisito no podrá abordar el viaje ya que la idea del Gobierno es mantener a la baja los indicadores bajo de la pandemia en dichas regiones y otras en las que se han controlado la cantidad de casos y fallecimientos por coronavirus.
Del mismo modo, en los pilotos de los vuelos internacionales, ha adelantado el Gobierno, se exigirá la prueba negativa de COVID-19 a los pasajeros que ingresan al país, cuando regresen estos viajes desde el exterior, según reveló el viceministro del interior Daniel Palacios.
Con toda seguridad, esa misma medida, de una prueba negativa de coronavirus para poder viajar, será exigida a los pasajeros que desde Colombia salgan fuera del país, por lo que desde ya las autoridades sanitarias trabajan en los procedimientos y logística para facilitar a los pasajeros el cumplimiento de dicha medida.
De otro lado, también será obligatorio al abordar un vuelo en Colombia contar con la aplicación Coronapp instalada en el celular, con la idea de que las autoridades sanitarias puedan hacer trazabilidad de los pasajeros y sus contactos en caso de detectarse un caso positivo durante un vuelo