El incremento en los niveles del río Magdalena y las fuertes lluvias de los últimos días podrían acelerar una calamidad profetizada. Alcalde denuncia que nadie le ha prestado atención.
El desarrollo y la proyección del municipio de Salamina podrían quedar bajo el agua tras los últimos acontecimientos naturales. La erosión costera en zona limítrofe con El Piñón amenaza con salirse de las manos. En los últimos días la socavación del terreno ha ido acelerando gracias al incremento de los niveles del río y a las fuertes lluvias que azotan a la región.
El deterioro de la borda compromete 500 metros de extensión, lo que supone que de darse una inundación por lo menos 12 mil personas se verían damnificadas, sin contar las pérdidas en la agricultura y la ganadería. En plena pandemia los salamineros no duermen, pues, aunque compartan la misma angustia con el vecino municipio, saben que ante una emergencia será poco lo que pueden salvar.
El mandatario local, Luis Ramón Orozco, frente a la gestión realizada para realizar obras de mitigación indicó que nadie le responde a las solicitudes que ha enviado a los órganos departamentales y nacionales; y aunque reconoce que en este momento la prioridad la tiene el coronavirus, un descuido a este fenómeno podría costar la vida de decenas de familias.
“Nosotros desde el mes de enero estamos enviando oficios a la Gobernación, a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), a Corpamag y a Invias pero hasta la fecha ninguna de estos ha contestado. Solo Cormagdalena nos escribió a decirnos que no tenía plata”, indicó Orozco.
Pese a que el gobernador Carlos Caicedo previo a su posesión visitó el área y se comprometió en gestionar los recursos, el Alcalde ha dicho que la acción de su delegado se ha quedado solo en inspeccionar la erosión y pedir los diseños de la obra, para los cuales el municipio no tiene los recursos.
“No es tan fácil decir que debamos gestionar los diseños que para una obra de esa envergadura podrían estar en $1.800 millones de pesos. Es absurdo pretender que el municipio los costee. El Gobernador no nos ha respondido” continuó el mandatario.
Desde el años de 1950 Salamina no sufre una catástrofe natural como la que según Luis Ramón puede ocurrir en cualquier momento. “Yo estuve en Bogotá visitando la UNGRD a principio de año, el Director me dijo que había un proceso de contratación por $7 mil millones de pesos para hacer una obra de mitigación, y que la semana siguiente iban a empezar. Pero ante la demora empecé a solicitar respuestas y ninguno me da razón de los trabajos”, dijo Luis Ramón.
Esta anomalía costera fue denunciada desde el año pasado y el alcalde saliente, José Nicolás Díaz, dejó unos estudios avaluados por $150 millones de pesos pero que a juicio de los expertos, carecen de profundidad para poder presentarlos de la mano de un proyecto macro.
EL DEPARTAMENTO RESPONDE
Javier Pava, Jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del Magdalena, explicó que la demora en los resultados sobre la emergencia ha sido provocada por el Covid-19, que aunque este afectó al país en marzo, el funcionario asegura en que las razones de la aparente negligencia obedecen a que todos los esfuerzos están concentrados en la crisis.
“Nosotros estuvimos allá en Febrero inspeccionando el lugar, acompañando el proceso para la creación de los diseños. Pero desde que empezó la situación de salubridad con el coronavirus nos hemos dedicado a esta situación. Necesitamos un estudio para saber cuánto vale la obra y así empezar a gestionar”, expresó Pava.
Javier también especificó que por la magnitud de la erosión no se descarta que la vía pueda ser reubicada, ya que insistir en mantener el camino puede resultar más costoso.
OTRO PELIGRO
Y si al sur de Salamina llueve, al norte no escampa. En el corregimiento de Guaimaro también podría ocurrir otra situación calamitosa. Una socavación en el casco urbano amenaza con llevarse a su paso todo lo que encuentre. Las obras que se realizaban en este punto, justo al frente de la población, hoy están en pleitos jurídicos por presuntas irregularidades cometidas por la administración saliente.
Pava es consciente de esta exposición y asegura que lo más viable mientras se resuelve el lío es reubicar a las familias que están a la cuenca del río.
“Esta erosión está igual de estancada porque en el proyecto hubo algo anómalo, ya que para este se declaró una calamidad pública y al pedírsele prórroga de la misma la Contraloría del departamento la consideró desfavorable toda vez que no reunía los requisitos de ley para concedérsela, no contaba con un plan de mejora que ahora nos toca a nosotros presentarlo para que los órganos de control avalen la continuidad de la obra” concluyó Luis Ramón Orozco.
Salamina hasta la fecha no reporta ningún caso de Covid-19, pero sus habitantes aseguran que hoy experimentan más intranquilidad por el río que por la pandemia, ya que el autocuidado ha sido la clave para ahuyentar el virus, pero si las lluvia continúan y los niveles del caudal siguen aumentando estarían atrapados en su mismo territorio a expensas de una inundación.
