Diariamente en la capital del Magdalena son cremados entre 10 y 15 cuerpos.
El pico de la pandemia por el que atraviesa Santa Marta, tiene en jaque al único horno crematorio de la ciudad, que, aunque todavía da abasto hay preocupación si el panorama sigue empeorando.
De acuerdo a la empresa que presta estos servicios en la ciudad, en un mes se pasó de 90 a 350 personas cremadas y sepultadas.
El Covid-19 llevaba varias semanas acabando con la vida de más de 10 personas por días en el Distrito, cifra que obligó a las autoridades recrudecer las medidas en busca de la contención del virus.
Pero hay un preocupante panorama para quienes a diario deben cumplir con el trabajo de sepultar y cremar a estas personas que pierden la batalla contra el mortal virus, pues se les duplicó su tarea y temen que la situación no mejore y se genere un colapso.
En diálogo con los funcionarios del cementerio Jardines de Paz, Santa Marta Al Día conoció que por día en la capital del Magdalena son cremados entre 10 y 15 cuerpos.
“La situación es compleja, sin embargo, hemos trabajado para poder cumplir y realizar nuestra labor en los tiempos establecidos. Antes nosotros entre sepultados y cremados el promedio era de 90 por mes, pero ahora eso se triplicó y son entre 300 y 350”, anotó.
De acuerdo con la entrevistada, desde finales de febrero, marzo y abril se han disparado las cremaciones y entierros normales.
“Hasta el momento hemos podido atender la demanda, tenemos un solo horno, es el único en Santa Marta y por ahora el único problema lo hemos tenido es con la documentación, debido a que en la mayoría de los casos los familiares están también hospitalizados o aislados”, contó una funcionaria.
La pandemia de la soledad
La pandemia de la soledad, así han decidido llamarla los funcionarios de Jardines de Paz, debido a que para ellos es bastante impactante ver que muy pocos familiares vayan a despedir a su ser querido.
“Solo dejan ingresar a dos o tres personas a cremación. Es muy duro ver eso, la verdad es que este virus es muy fuerte y antes los sepelios eran multitudinarios, pero ahora no por eso le pusimos ese nombre”, explicó.
Por ahora, las personas que laboran en este sitio solo piensan en que el pico termine y que las personas se sigan cuidando del letal virus.