Con el éxodo de venezolanos que se registra en el país, se ha reportado la llegada de más de 900.000 ciudadanos con nacionalidad venezolana radicados en Colombia.
Rubros superiores a los $7 mil millones viene invirtiendo el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, para la atención a la infancia de nacionalidad venezolana.
Así lo confirmó el director territorial del ICBF, Joaquín González Iturriago, en un debate en la Asamblea del Magdalena.
Manifestó que en la ciudad de Santa Marta hay 76 casos de niños venezolanos en condición de mendicidad, atendidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar de los cuales la mayoría trabajan y practican la Mendicidad simultánea, viven en calle o permanecen la mayor parte del día, acompañados de sus padres.
“El Icbf está invirtiendo más $7mil millones en la primera infancia para la población venezolana solo en el departamento del Magdalena, y los recursos solo para primera infancia son acerca de 1mil 160 millones y atendemos 79mil 264 niños en lo largo y ancho del departamento”, dijo Joaquín González.
Según González Iturriago, en las esquinas, los semáforos y hasta cerca a centros nocturnos, se pueden observar la cantidad de menores de nacionalidad venezolana, ejerciendo trabajos de venta ambulante.
La mayoría de los casos, han sido identificados tres Etnias Indígenas que por su condición fronteriza han migrado hasta la ciudad de Santa Marta.
Los grupos étnicos identificados son: La etnia Inca del Putumayo, son tres familias con cinco niños; etnia Wayuu, con dos familias con siete niños y la Etnia Yukpa. Sobre esto el ICBF ha tenido un acercamiento con ellos y encontraron dos denuncias atendidas por centros zonales, pero sin resultado por dificultades en la ubicación de estas.
En el Centro Histórico se conoció por parte de la entidad, el caso de 5 niños venezolanos que son músicos, ellos la pasan de un lado al otro para no ser ‘atrapados’ por las autoridades, “cuando hacemos los operativos los hemos hallado en Taganga, El Rodadero y centro histórico, hay los recogemos y trasladamos a un hogar sustituto, ellos se vuelan y continúan haciendo su ‘trabajo’, estos niños ya son residentes en el tema de trabajo infantil” confirmó una funcionara del Bienestar Familiar.
El Director regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; Joaquín González expresó que “nuestra directora nacional se ha empeñado en que no exista un solo niño o niña con derecho vulnerado y estamos cumpliendo en eso, y ha puesto a todos los servidores públicos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en filar su esfuerzo a favor de la prevalencia de los derechos máximo que es los niños, hay que dejar claro que el ICBF no puede quitar niños y niñas, salvo en el caso que los separas temporalmente cuando encontramos que los derechos son vulnerados o violados, y cuando no hay garantías al interior de la familia biológica tenemos que sepáralos temporalmente bajo una medida de protección”.
SIGUEN LLEGANDO A SANTA MARTA
Hoy por hoy, vemos como están invadidas las calles del Centro Histórico de la ciudad dos veces santa de niños pidiendo plata o algo que comer, pues la situación que pasa Venezuela los hizo migrar hasta este rincón de la Región Caribe en busca de un futuro mejor.
Los que más sufren la crisis del vecino país a la hora de cruzar la frontera son los niños, niñas, y las madres en gestación. Muchas veces son víctimas de desnutrición, abuso sexual, trata de personas o abandono por parte de su familia.
Se dice hoy dentro de lo argot popular que “En Santa Marta, hay más venezolanos que samarios”, y es que esta frase no parece estar muy alejada de la realidad.
Algunas familias arribaron con permisos de trabajo, a estudiar, o bajo diferentes modalidades de visa, pero otras, cuyos datos no aparecen en los registros oficiales, ingresaron por algún recodo de la frontera; llegaron a la urbe sin un solo peso en el bolsillo y vagan por las diferentes localidades de Santa Marta.
Actualmente en las principales avenidas y calles de Santa Marta y el departamento del Magdalena se ven los niños pidiendo dinero en las calles, limpiando vidrios de carros en los semáforos o vendiendo dulces, el cual se ha vuelto algo normal en él, por lo tanto, ha aumentado la mendicidad y trabajo infantil, lo cual tiene relación con la masiva llegada de ciudadanos venezolanos a la ciudad.
LA ASAMBLEA
Claudia Aarón, presidenta de la Asamblea Departamental informó que “Lo dramático de la situación de los menores de edad venezolanos es que no solo están expuestos en condiciones de trabajo infantil, sino también en mendicidad”.
Añadió que: “Los niños piden limosna en un espectáculo deprimente en las diferentes avenidas y calles principales, este tema ha sido de preocupación para todos los diputados de la Asamblea Departamental, y estamos en completo desacuerdo y por lo que exigimos que las autoridades que tiene competencias hagan las acciones más certeras para poder acabar con esta grave situación que hoy tiene la ciudad y el departamento”.
Las autoridades les realizan charlas de sensibilización a los padres de familia, sin embargo, ellos niegan que sus hijos estén trabajando, que solo los acompañan mientras ellos buscan con que darle de comer, porque no los van a dejar solo en la casa debida a todo el peligro que esto implica.
Sin embargo, hay algunos beneficios a los que pueden acceder sin restricciones los menores de edad venezolanos; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cuenta con los programas de Primera Infancia (0 a 5 años de edad), en hogares comunitarios de bienestar tradicionales (2 a 5 años), hogares FAMIS (madres gestantes y lactantes, niños y niñas 0 a 2 años), Centro de Desarrollo Infantil y hogares infantiles (2 a 5 años), Desarrollo infantil en medio familiar (madres gestantes y lactantes y niños de 0 a 2 años), Generaciones con bienestar para los menores entre 7 a 17 años, Familias para la paz, nutrición (Gestantes y Niños y Niñas de 0 a 5 años).
