En Santa Marta y Cartagena no autorizaron que la embarcación atracara. El barco terminó en aguas internacionales en Costa Rica.
Como recreacioncita de la tripulación se desempeñaba Luis Ramos, que a bordo de un crucero viaja hoy por aguas internacionales con rumbo a Costa Rica, isla que le permitió el desembarco a él y a sus compañeros.
Ramos narra que su experiencia en la embarcación ha sido sensacional, la compañía que lo contrató, a pesar de no estar laborando, está respondiendo por sus gastos, pero aun así quiere volver a su casa donde hay una familia que lo espera.
“La idea fue hacer un crucero de repatriación, pero el fin del viaje no se ha cumplido. Tenemos mujeres embarazadas y pensamos que es una situación que humanitariamente deben tener en cuenta para no negarnos más la entrada”, dijo Ramos.
En Santa Marta y Cartagena no obtuvieron permiso para descender y aunque consciente de la emergencia sanitaria solicitan al Gobierno de Colombia que no les cierre las puertas, pues, en su el barco se transportan más colombianos de las diferentes regiones del país.
“Hasta ahora no hemos gastado un peso porque la compañía que nos tenía contratados ha asumido todos los gastos, se ha portado muy bien y diariamente nos dan una mesada de 10 dólares para gastar más las tres comidas. Le pedimos al Gobierno que nos facilite la entrada”, concluyó Luis Ramos.
El samario aclara que están en este limbo desde que inició la cuarentena cuando se encontraban en Miami, Estado Unidos.