Alcaldía desmiente que a través de este mecanismo se reciban ayudas en la cuarentena.
Como evocando el relato judío de la pascua así amanecieron algunos barrios de Santa Marta, con banderas y trapos rojos en sus puertas como señal de que allí hay una familia que necesita de la ayuda del Estado.
La idea del color rojo se hizo popular en la ciudad, tal parece que este fenómeno fue importado de otras capitales donde también se pide ayuda con esta particular forma.
Lo que tal vez resulta decepcionante para la ciudadanía es que las autoridades locales han establecido formas concretas para repartir las entregas y dentro de las cuales no se contemplan las banderas rojas.
“Vamos a crear una ruta clara y organizada para llevarle los alimentos hasta sus casas de acuerdo a la priorización de población vulnerable en Santa Marta y el Magdalena, estamos comprometidos para que puedan estar tranquilos en sus casa y tengan la alimentación de un mes”, precisó la alcaldesa Virna Johnson.
Esta forma de llamar la atención ha sido adoptada por personas de estratos bajos a los cuales las políticas de apoyo implementadas por el Gobierno Nacional los deben acobijar mediante los distintos programas de asistencia pública.
Las comunidades de San Fernando y Nacho Vives, por ejemplo, insisten en que la ayuda debe ser pronta ya que lo poco que tenían ya se les ha agotado y sus lacenas hoy se encuentran vacías, y de acuerdo a los últimos reportes de la pandemia y las conjeturas de los expertos el aislamiento amenaza con extenderse.