El extranjero fue asistido por el CTI de la Fiscalía que logró gestionarle un albergue con la Alcaldía.
El docente español, Francisco José de la Hoz Rodriguez ya no tendrá que pasar sus días y noches deambulando de un lado a otro expuesto al Covid-19 y otras enfermedades, incluso al mismo peligro de la calle.
Este lunes por la noche fue llevado a un albergue de la Alcaldía donde pasará el resto de la cuarentena o al menos hasta que sea posible ubicar a algún familiar que lo ayude.
El CTI de la Fiscalía lo encontró solo como acostumbra debajo de un árbol en medio de la lluvia que caía desde la tarde en la ciudad. Uno de los funcionarios que conoció el caso por los medios de comunicación, se encargó de auxiliarlo y conducirlo a su casa para darle alimentación y pagarle un corte de cabello y barba.
Posteriormente el ente judicial gestionó una ayuda para el docente extranjero, que por fortuna tuvo una respuesta positiva en la Alcaldía.
A eso de las 9 de la noche, Francisco de la Hoz fue llevado a un albergue en el Centro Histórico, donde le garantizarán sus comidas, servicios públicos y su bienestar. Igualmente recibirá tratamiento psicológico y con migración se buscará contactar familiares o allegados para lograr que vuelva a su país.
Francisco antes de ingresar al hotel en el que permanecerá refugiado, dialogó con Santa Marta al Día y manifestó sentirse feliz y más tranquilo “porque ya no pasaré más frío y hambre”.
El docente contó que luego que la Universidad del Magdalena decidiera no renovarle el contrato en el año 2019, intentó tocar las puertas en otras instituciones de educación superior de la ciudad pero no fue admitido.
“Sin trabajo y con los ahorros que me quedaban compré dulces, cigarrillos y otras cosas para vender y tener como mantenerme. No fue fácil pero conseguí estar bien al menos por todo el año 2019”, dijo el profesor.
Francisco, asegura que todo se complicó por el Covid-19 porque no pudo seguir ganándose la vida de manera informal y al no tener cómo pagar el arriendo se quedó en la calle.
“Todos los que pensé eran mis amigos me dieron la espalda, a muchos alumnos que ayudé con sus trabajos académicos no me pagaron y me tocó aprender a vivir en el sol y en el frío de la noche”, agrega.
El docente español que evidentemente padece de un trastorno psicológico, dice que se siente bien de salud, y agradece la ayuda que le han dado en estos últimos días ex alumnos y la comunidad.
Expresa que lo único que desea es una oportunidad para trabajar ya sea en Colombia o en España.
No está seguro de la suerte de su madre, quien es el único familiar al que identifica, pero es claro en señalar que no sabe cómo contactarla.
Entre los otros datos que entregó, manifiesta que es soltero, y no tiene hijos ni pareja. Aclara que antes de trabajar en el 2018 en la Universidad del Magdalena, ya había estado vinculado a la Universidad de Manizales.
A través de sus redes sociales personales, las autoridades indagarán para dar con el paradero de personas allegadas a Francisco que estén dispuestas a ayudarle.
Conocidos del extranjero, consideran que el problema del docente es netamente psicológico. A excepción del cigarrillo y el café, no le conocen otro tipo de adición.
