El estudiante recibió un disparo de su tío por una herencia.
El 2021 fue un año crítico en Santa Marta en materia de seguridad, sicariato y hechos de intolerancia. El mes de junio fue uno de los más calientes; un total de 23 asesinatos se registraron, los cuales generaron zozobra, temor y miedo en la comunidad samaria.
Entre los homicidios que causaron más conmoción se encuentra el ocurrido el pasado 29 de junio, cuando un hombre asesinó a bala a su propio sobrino.
El suceso se presentó al interior de un apartamento del edificio de razón social ‘Trocadero’ ubicado en la carrera 22 con calle 17 esquina del barrio El Jardín.
Allí, un hombre identificado como Edgardo Arias Pérez, habría desenfundado su arma de fuego en contra de su sobrino, Andrés José Vargas, de 23 años de edad y estudiante de último semestre de Derecho.
De acuerdo con la Policía Metropolitana de Santa Marta, en el hecho también resultó lesionado con un tiro en el rostro el padre del occiso.
El suceso ocurrió en medio de una disputa familiar. Según las primeras versiones, el supuesto asesino amedrentó de manera violenta a su hermana, en ese momento Andrés intervino en la discusión para proteger a su progenitora.
Arias Pérez, lleno de ira sacó un arma y le propinó un balazo en el torso a su sobrino. El joven con el fin de salvaguardar su vida, salió corriendo del lugar y se refugió en un establecimiento comercial cercano de la edificación, donde fue auxiliado por habitantes del sector y dirigido hasta la clínica Mar Caribe.
La herida alcanzó a llegar a uno de los pulmones del estudiante, causándole una perforación que le costó la vida. “A pesar de la atención prestada llegó sin signos vitales a la clínica donde es remitido, dónde desafortunadamente fallece a causa de las heridas provocadas por el impacto”, manifestó la hermana de la víctima, María Camila Vargas.
Por su parte, los familiares de Andrés Vargas no salen del dolor por la pérdida del universitario. A ello se le suma el temor de que el caso quede en la impunidad.
Han pasado nueve meses desde el fatídico suceso y el proceso no tiene avance. De acuerdo con la denuncia de los familiares, pese a que la Fiscalía tiene en su poder todo el material probatorio del crimen y la identidad del agresor, el ente acusador no ha programado alguna audiencia en la que se declare persona ausente y mucho menos ha sido aprehendido.
“Esa persona está en la calle como si nada. Es un golpe muy duro, cuando uno los ve felices y uno sigue sufriendo por la ausencia de su ser querido” acotó la hermana.
Sin embargo, los allegados, amigos y parientes no pierden la esperanza de que se haga justicia y el fiscal Edgardo Rocha Martínez, de la seccional de la Unidad de Vida del Circuito de Santa Marta, adelante el caso y así a darle fin.
“Yo estoy desesperada porque yo he visto fotos de la familia de él en las que aparecen como si nada hubiese ocurrido, cómo si la muerte de mi hermano hubiese sido un hecho cualquiera”, puntualizó María Camila.