Un tema que no se puede negar es que a pesar de las cifras que nos muestra el DANE, nuestra ciudad tiene miles de personas que viven del rebusque; otros son comerciantes o emprendedores, que con la voluntad de generar empleo vinculan a miles generando desarrollo, estabilidad y paz en una capital donde el sector privado viene asumiendo un pesada carga social.
Por eso hay que recordar que un sector que siempre ha sido ‘batallador’ es el comercio nocturno. Una fracción de la economía que brinda empleo, pero es la más azotada con la burocracia y el papeleo para poder funcionar de manera formal. Créame que no es fácil echar a funcionar un bar o restaurante en esta ciudad.
Lo anterior, sin ver lo que está detrás de esas personas que abren un negocio, no solo para sobrevivir, sino también le abren las puertas a muchas familias, gran parte de ellas mujeres cabezas de familia, para que rompan la cadena de pobreza.
Sin embrago, son los comerciantes nocturnos los primeros perjudicados en tiempos de crisis. Fueron los primeros que se vieron afectados económicamente en la época de la pandemia, quienes tuvieron que ‘rebuscarse’ con otras alternativas como vendiendo verduras, tapabocas, alcohol entre otras. ‘Totó’, es una muestra de ello, pasó de ser un estadero de salsa a un mercadito de verduras; en ‘Coronitas’ había una bodega de gel, tapabocas y alcohol para atender la higiene durante la pandemia; y otros por su parte pasaron del entrenamiento nocturno a los domicilios.
¡Fue duro! pero muchos, sin queja tuvieron que buscar la alternativa mientras el país estaba en completo aislamiento.
Además de eso, son los primeros que pierden su noche de trabajo, cuando por causas ajenas al negocio, un conflicto, una alteración o por operativos de la Policía; terminan con el cierre del negocio.
Hoy el comercio nocturno se siente perseguido y golpeado a causa de acciones policiales que interrumpen de manera abrupta en los negocios prendiendo luces, apagando el sonido y requisando y pidiendo papeles a clientes, turistas y administradores como si se tratara de una búsqueda implacable contra terrorristas o criminales peligrosos.
Desde el gremio, conformado por unos 800 comerciantes que hacen parte de Asoconocturnos, está claro que no se oponen a estos operativos, sino al tono y la agresividad de quienes en estos momentos los comandan.
No podemos olvidar que de estos negocios, legalmente constituidos y que pagan sus tributos a un Distrito quebrado por la corrupción y las malas administraciones, depende el sustento de más de 3000 familias que viven directamente del trabajo que los dueños de bares, discotecas restaurantes, billares y estaderos le brindan a Santa Marta.
Es momento que la autoridad policiva con esa misma eficiencia para lograr un positivo con este gremio, lo utilice en cosas más preocupantes o delicadas como los homicidios y la delincuencia que golpea a los samarios. ¡los criminales no se esconden debajo de las mesas o barras de estos negocios!
Pese a que la capital del Magdalena está siendo noticia a nivel nacional por ser la ciudad más visitada de Colombia, internamente los problemas son mayores en temas de seguridad; un reciente informe entregado por ‘Santa Marta Cómo Vamos’, la ubica como la quinta entre las 23 principales y la segunda de la Región Caribe con la mayor tasa de homicidios en lo corrido del 2024.
Los datos del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional SIEDCO señala que el número de homicidios entre enero – junio del año 2024, es de 97 casos reportados.
“Se presentó un incremento del 21% en comparación con el mismo periodo del 2023 (enero – junio) cuando a la fecha se reportaban 80 casos. De los 97 homicidios reportados, el 87% de los casos el homicida utilizó un arma de fuego”, detalló el informe.
Sin embargo, el comandante de la Policía en Santa Marta, coronel Jorge Bernal, está aplicando aquel título de la canción de Shakira: Ciego, sordo y mudo, llenando de molestia a la ciudadanía, y en especial a los turistas que visitan la ciudadanía y lo último que esperan es ser requisados por la Policía o no poder departir una cerveza o cóctel con sus amigos o familias.
Mientras oficiales se encargan de cerrar negocios en toda la ciudad, los delincuentes y siciarios se pasean como ‘Pedro por su casa’ por otros sectores.
En los apenas 11 días que han corrido del presente año, la ciudad ya suma cinco homicidios.
¿Por qué perseguir al comerciante legal que solo le hace un bien a la ciudad, comunidad y no a la delincuencia que inmunda las calles de Santa Marta?
Un comerciante nocturno legal en tono desesperado denunció que en estos 10 días del año 2025 la Policía lo a intervenido más de 6 veces. ¿será persecución? ¿Qué buscan? ¿Qué quieren?
La denuncia permanente de estos comerciantes es que a la Policía pareciera que no le interesa si los negocios tienen sus documentos en regla y al día el pago los impuestos, puesto que la arrogancia y el irrespeto de los uniformados es permanente.
Las consecuencias de estos actos están a la vista. hay grabaciones y videos en las redes sociales que así lo detallan.
Ahora, si la inteligencia de la Policía tiene información sobre el uso de estos negocios para cosas ilegales que lo de muestren y los cierren, pero no pueden estar acosando a establecimientos con años de servicio y buen nombre.
El llamado es a la Procuraduría General de la Nación, Defensoria del Pueblo, y al mismo Alcalde y secretario de la oficina de seguridad a que entren a revisar las acciones de la Policía que ya rayan en acoso y persecución contra reconocidos negocios.
Señor Coronel, lo llamamos a que estudie mejor la manera de adelantar los operativos a comerciantes nocturnos que solo hacen bien a la comunidad y ayudan al progreso de una ciudad turística.
Sería bueno que desde la Policía se adelanten acciones en la normativa, pero no represivas, más bien pedagógicas, misión que muy seguramente el Director Nacional de la Policía les tuvo que haber encargado.
El comerciante nocturno no es un delincuente, más bien es el que atiende, se esmera por brindar sitios cómodos para que la gente se pueda distraer y disfrutar de una velada inolvidable. Las autoridades deben valorar y apoyar sus esfuerzo.
Solo estamos pidiendo que hagan su trabajo, no bajen la guardia contra la delincuencia y la criminalidad, pero también déjennos hacer el nuestro, del que dependen miles de familia y de donde salen los recursos que ustedes tanto necesitan para poder operar.