El 17 de enero de 2019, siendo las 9:32 de la mañana, todo el país se encontraba conmocionado por un carro bomba del Eln que burló la seguridad y explotó cerca de una ceremonia.
Un año después de la trágica mañana que vivieron más de 22 cadetes en la Escuela de Policía, que murieron luego de que un carro bomba explotara de la institución, los colombianos y familiares de las víctimas los recuerdan con mucho sentimiento.
El vehículo, una camioneta Nissan Patrol cargada con 80 kilos de explosivos, dejó a 22 jóvenes muertos, —además del terrorista que manejaba el carro bomba— y más de 60 heridos, cuando, para saltarse la revisión de seguridad, el conductor aceleró e ingresó a de la Escuela de Policía General Santander, en el sur de Bogotá, y detonó cerca del lugar donde se hacía una distinción a varios cadetes.
Por este acto terrorista, del que el Eln reconoció su autoría, la Procuraduría abrió indagación a dos generales, entre ellos, la exdirectora de la Escuela, por posibles omisiones en la seguridad el día del atentado.
Asimismo, las autoridades han capturado dos hombres por este atentado. Uno, Álvaro Mateus, es señalado de ser el financiador y el otro, Ricardo Andrés Carvajal, confesó que participó en la planeación del ataque, por el que el presidente Iván Duque terminó con los diálogos de paz con el Eln.
Mientras tanto, las familias siguen llorando la pérdida de los cadetes que apenas daban sus primeros pasos en la Policía. Todos los fallecidos alcanzaron el grado de subtenientes, luego de un ascenso póstumo que la institución les hizo como homenaje.