Las cenizas del difunto estaban en otro lugar y en otro recipiente.
Una amarga sorpresa se llevaron los familiares del difunto Pedro Jesús Otero Gómez, debido a que al llegar al cenizario que se encuentra ubicado en el cementerio Jardines de Paz, notaron que este sido profanado.
Otero Gómez falleció el 18 de febrero del año 2020 y debido a que gran parte de su familia vive por fuera del país, su velación duró 3 días.
Según se conoció tres días después, es decir el 21 de febrero los familiares en cabeza de Fernando Otero, hijo del fallecido, entregaron el cuerpo para su cremación.
“El cementerio nos ofreció el cenizario y compramos uno de los dos puestos por un valor de $2.600.000 de contado, porque mi mamá dijo que en un futuro le gustaría estar al lado de mi papá”, informó Otero.
Sin embargo, a raíz de la pandemia del coronavirus, las visitas a los cementerios se vieron interrumpidas, por lo que fue hasta el pasado 8 de agosto en que Fernando pudo nuevamente visitar la morada de su padre, llevándose una gran sorpresa.
“El cenizario estaba vacío, lleno de pasto, no estaba la lápida que iban a poner, todo esto estaba incluido en el paquete que nos cobraron”, indicó.
Además de esto, al pedir explicaciones en la administración del cementerio, le manifestaron que ese no era el puesto de su padre y al llegar al lugar donde supuestamente estaba, se encontró con un recipiente completamente diferente en el que habrían ubicado las cenizas.
La familia Otero manifiesta que inició un proceso en contra del cementerio, pero aun así dicen que no hay manera científica de verificar si dichas cenizas corresponden a las de su padre, por lo que estarán siempre con esa duda.