En medio del aislamiento crece la angustia de algunos ciudadanos por la falta de agua potable en sus hogares para las necesidades básicas y aun peor, para asumir el auto cuidado con el lavado de manos.
En Santa Marta los habitantes de cientos de barrios siguen padeciendo a a pesar de plan de atención del Distrito, muchos aseguran que es insuficiente y piden a la Essmar mayor volumen de suministro.
En barrios como Los Almendros aun algunos tienen que optar por salir a las esquinas a utilizar las motobombas y poder al menos en el día abastecerse de agua potable.
Barrios como Cantilito, la urbanización Garagoa y el 11 de Noviembre, parece que el agua es el padecimiento eterno y esto evita que su cuarentena sea del todo tranquila y en la paz de sus hogares.
“Nosotros nunca hemos dejado de padecer por falta de agua, no hay agua y eso nos preocupa, aumentamos la necesidad por lo que ahora cocinamos más, y ese tema del lavado de manos es algo que debemos cumplir, pero se hace difícil”, manifiestan los ciudadanos.
En las casas la poca agua es un tesoro aun mucho más valioso que el mercado que han podido hacer para que la despensa pueda estar llena de alimentos para la familia.
Dicen vecinos de sectores como Primero de Mayo que entrar al baño para asearse es casi un privilegio.
La maniobra con motobombas en la ciudad es una actividad que ahora se hace con el temor que por estar violando las medidas y estar en la calle, se debe hacer de manera clandestina.