La Secretaría de Salud creó un sistema de ayuda que permite el acompañamiento especial para casos de afectaciones mentales del coronavirus.
Los efectos de la pandemia en la salud mental de los pacientes y sus familias aumentan considerablemente. La situación misma del aislamiento provoca sus propias afectaciones y para quienes padecen el virus, su existencia se hace insoportable.
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Karen Cañate, funcionaria de la Secretaría de Salud, ante la emergencia sanitaria ha asumido un nuevo rol dentro de la mitigación y contingencia del brote. Pasó de supervisar los protocolos de atención en las entidades de salud y la disposición final de cadáveres por Covid-19, a pertenecer a la brigada psicológica que asiste a los afectados por esta patología.
Cañate junto a otros 3 profesionales en las áreas de la psicología atienden, asesoran y guían a médicos, enfermeros y a personas que requieren asistencia y cuidado mental. Se han convertido en un escuadrón que brinda los primeros auxilios psicológicos.
“Si el equipo de vigilancia epidemiológica determina que debemos entrar a intervenir porque notan depresión y miedos, estamos dispuestos. Si se trata de un núcleo familiar que ha perdido a un ser querido hacemos abordaje del duelo. Una vez se identifica el caso, se reporta a la EPS para que se apersonen de la situación”, afirmó Cañate.
El acompañamiento ha sido por vía telefónica acatando la disposición del Ministerio de Salud, garantizando la virtualidad. Pero la asistencia remota no ha sido impedimento para atender los requerimientos de las personas.
VIGILANCIA DE LA CLÍNICA EL PRADO
Lo últimos acontecimientos que comprometen la clínica El Prado ameritó un análisis psicológico a la situación. “Ahí hemos tenido asistencia técnica a los que están en primera línea. Me contaron que las familias de los pacientes fallecidos no aceptan que no pueden realizar los ritos religiosos a los que estamos acostumbrados. Es difícil creer que no se volverá a ver a una persona después de tantos días de distanciamiento y que además deba inhumarse”, especificó Karen Cañate.
La psicóloga recomendó, tanto para esta clínica como para otros centros asistenciales con pacientes portadores de coronavirus, que no se interrumpa la comunicación con la familia. Instó a que se empleen las videollamadas y otros mecanismos tecnológicos para que exista un monitoreo constante del infectado por parte de sus seres queridos.
“Hay que buscar la manera de acercarlos así sea a través de una pantalla, porque si no en el momento en que fallezca, en el peor de los casos, para el familiar no le es fácil. Recomendamos que los médicos entreguen al menos 2 reportes diarios, no se puede apartar”, concluyó la funcionaria.
El acompañamiento psicológico de la Secretaría va desde que se entrega el resultado, siguiendo con los 14 días críticos del virus y hasta la prueba final, que en varias ocasiones ha sido el fallecimiento del paciente.