De acuerdo con el personero, están destruyendo capa vegetal, hay quemas y talas indiscriminadas.
La preocupación de la erosión fluvial que vivían los habitantes de Salamina ha sido mitigada por el momento, debido a los trabajos que se vienen realizando en la zona. Sin embargo, su preocupación fue trasladada a otro aspecto de esta problemática.
Los moradores de este municipio del Magdalena, denuncian que el proyecto está generando varios daños ambientales, puesto que se está devastando un área de aproximadamente 4 hectáreas, utilizada como cantera de extracción de material por parte de los contratistas de la UNGRD.
La arena extraída, es usa para el llenado de las megabolsas que son usadas en la construcción de los jarillones que mitigarán la erosión en la vía a El Piñón.
La comunidad señala que la zona afectada está ubicada en la entrada al pueblo, kilómetro 2 de la vía a Pivijay, la cual “ha quedado tan devastada, que solo puede compararse con un área de explotación ilegal de oro”.
“La problemática muestra un grave riesgo de afectación, y no es únicamente por la destrucción de la capa vegetal, quemas incontroladas y talas indiscriminadas de árboles nativos, sino que debido a la cercanía con el relleno sanitario y la aparición de las lluvias, podría generarse acumulación de lixiviados en los enormes cráteres”, dijo el agente del Ministerio Público al periódico El Heraldo.
Cabe indicar, que todo este territorio hace parte de la zona de influencia de la Ciénaga Grande de Santa Marta, siendo una área protegida, considerada como zona Ramsar.
Por su parte, el Personero Municipal está adelantando todo el proceso de recolección de pruebas, con el objetivo de presentar una denuncia formal ante los organismos de control ambiental en el Nivel Nacional y Regional.
Asimismo, la veeduría ciudadana advierte sobre esta situación e indican que “no se está solucionando el problema de la erosión como debe ser y para colmo de males se generaría —en un corto plazo— una tragedia ambiental”.
“Están dejando al municipio sin una barrera natural y cuando el río arremeta contra la cabecera municipal, no habrá nada que lo detenga, ya que toda la capa vegetal del kilómetro 2 o 3 de la carretera entre Salamina y Pivijay se lo han llevado todo”, dijo Alfredo Castillo Díaz, presidente de la veeduría Transparencia por Salamina y el Magdalena, Trasama al diario barranquillero.
Castillo Díaz insistió que el daño ambiental es más grave de lo que se cree, ya que esta zona intervenida está ubicada cerca al relleno sanitario, por tanto, si hay una creciente, todos esos lixiviados se derramaran por el pueblo generando una calamidad sanitaria bastante grave.