“Aquí el que no tenga $5.000 para el agua y $5.000 para la comida, no se baña no come y no lava”, esa es la triste realidad que viven miles de habitantes del corregimiento de Tasajera en el municipio de Puebloviejo por la falta de agua potable.
Los habitantes de los 13 barrios que conforman la comunidad de Tasajera, aseguran que más del 90% vive de la pesca de manera directa e indirecta y en cada casa debe haber al menos diario $10.000 que son destinados $5.000 para la comida y el resto en la compra del agua a los carrotanques que pasan por la carretera.
En el barrio La Gloria, precisamente conseguir un poco de agua para poderse bañar, lavar la ropa y hacer necesidades, se convierte en un día de gloria para sus vecinos, pues las albercas de las casas conocen más el polvo que el líquido.
Enrique Maldonado, residente de ese barrio de Santa Marta, aseguró que hoy cumple al menos una semana entera sin recibir agua potable por parte de la empresa Operadores de La Sierra.
Añade además que desde que existe el “plan de aguas”, lo que es hoy Aguas del Magdalena, las cosas van de mal en peor.
Lo peor es que mientras está de pie a la orilla de la carretera, luego de haber adelantado en la mañana su faena de pesca, le toca reposar el almuerzo, con los $5.000 en la mano, esperando el carrotanque.
Sentado en la entrada al pueblo en el llamado ‘Túnel de la Entrada’, Enrique, el líder comunal, espera junto a ‘Chicho’ un mototaxista; Maritza, una ama de casa y Jorge Pino, un comerciante del sector y otros vecinos que a unos pocos metros esperan con la fila de tanques la llegada del carrotanque.
Todos coinciden por la falta de agua, también cada uno tiene aquel ‘billetico’ de $5.000 con la imagen del poeta José Asunción Silva, para que más que poesía, el sonido del agua que sale del camión y se va a sus pimpinas, baldes, ollas y otros elementos, sea música para sus oídos.
Esperar en la carretera por agua, es su ceremonia diaria, por eso al observar en redes sociales un mensaje que dice: “Aguas del Magdalena, ¡le cumplió a Puebloviejo!”, a más de uno se le ve arrugando la cara y respondiendo “¡Pa’ joderlos a ellos!”.
Mientras el carrotanque pasa, algunos bromean, otros coquetean a la vecina que pasa, “porque aquí no se gana pero se goza”.
De repente se ve a lo lejos en la carretera el frente de un camión color rojo, pitando desde varios metros de distancia y en el pelotón de compradores de agua, ‘Chicho’ el mototaxista que estaba sentado en el ‘Túnel de la Entrada’ a Tasajera, de repente grita: “¡Ahí viene el carrotanque!”.
El grito fue tan fuerte que la falta de aire y la sed quizás hicieron que por segundos su voz regresara a la pubertad y se le saliera el llamado gallo; sin embargo eso no importó, para sus coterráneos, ese grito de aviso, fue más celebrado que el gol de Falcao contra Polonia en el Mundial de Rusia.
Unos segundos más tarde como fila de supermercado, los habitantes de Tasajera fueron pasando el billetico de $5.000 y sus recipientes fueron llenados. Enrique fue uno de los últimos pero al final se pudo llevar tranquilo el agua para su casa en el barrio La Gloria.