“¿Qué tal si la pasamos rico?”
“¡Te necesito!”
“Oye, ¿cuando hablamos bebé?”
Mientras que en las calles del Centro Histórico lo cotidiano suele ser la actividad comercial, administrativa, empleados saliendo y entrando de sus oficinas y turistas conociendo el área arquitectónica colonial; cuando cae la noche la cara es otra y colorido se cambia por la desdicha, el turismo se convierte en comercio sexual y la historia empieza a ser otra.
Son las 5:00 de la tarde y falta poco para que la jornada laboral para la gran mayoría culmine; sin embargo, para muchas personas, entre esos vendedores ambulantes y mujeres como Sofía, apenas empieza.
Como retratada en una canción vallenata, apenas “cuando va a empezar la noche, empieza su día”, Sofía es de nacionalidad venezolana, como gran parte de las mujeres que hacen parte del negocio aquel en que cambias dinero por sexo.
“No todas somos venezolanas, pero acá hay de todo un poco, samarias, paisas y hasta del Chocó”, manifiesta entre risas.
Sofía es una de las tantas mujeres que se pasea por las calles del Centro Histórico de Santa Marta con un pequeño bolso en el que guarda su celular, condones, pañitos húmedos, cepillo de dientes y pasta dental; todo listo para la ocasión. Ella como gran parte de sus colegas por circunstancias de la vida, casi siempre luce vestido corto o cuando quiere estar un poco más deportiva un pantalón corto de jeans, un buen maquillaje y por su puesto el pelo bien cepillado, “primero muerta que sencilla y mal arreglada”.
Según la secretaria del Interior del Magdalena, Norma Vera Salazar en esta zona del país, existe una red de personas dedicadas al turismo sexual e incluso a la trata de blancas.
Como Sofía hay otras mujeres que por a necesidad, se ven obligadas a vender el cuerpo a cambio de dinero: la profesión más vieja del mundo, pero ahora incluso con redes dedicadas a explotar a las mujeres.
ES UNA NOCHE DIFÍCIL
Sofía solo observa con el pasar de las horas a caballeros que caminan por el camellón Rodrigo de Bastidas o al costado que va entre el Banco de la República sobre las calles 13 y 14 hasta la calle 16 donde muchos van a tomarse un “traguito”; el paso de los caballeros por su puesto, las afueras del banco de la moneda, es su oportunidad para abordar y con piropos y un llamado atento, decirles; “¿podemos hablar?”.
Mientras Sofía intenta convencer al menos a uno de los alicorados sujetos, para tener sexo por 40 mil o 50 mil pesos, los primeros de la noche.
A pocas cuadras, en la calle 10 con carrera 3, otro grupo, en esta ocasión en bares o establecimientos de la zona, María o la Chaparra como la llaman, espera la posibilidad que alguno de los caballeros sentados en la mesa con la botella de aguardiente, pida sus servicios y al menos por esa noche, puedan conseguir los 50 mil que servirán para completar el dinero para enviar el dinero a Venezuela y el par de zapatos que necesita su hijo para el 24 de diciembre.
NO TODAS ESTÁN EN LA CALLE
La Chaparra cuenta, mientras sus ojos se iluminan pensando en Farías su hijo, que en pleno centro vio una promoción en la que había calzado para niños a 30 mil pesos; lo importante es que si le sale otro cliente ya puede reunir para mandar algo de comida este fin de semana.
“Todo por mi chamito”.
La mayoría de los establecimientos dedicados al entretenimiento a través del sexo comúnmente tiene sujetos vestidos con camisa manga larga y pantalón clásico, estilo de los meseros del Club Santa Marta; la diferencia es que en esta ocasión al abrir la puerta no sirven manjares ni atienden con rimbombantes saludos, su misión es mostrarte todo el menú de damas que están al servicio del trabajo sexual en esta zona del Distrito.
Al ingresar, la rumba no se hace esperar, la discoteca con Dj incluido, luces y un sonido ensordecedor y las acompañantes bailando e intentando provocar al que ingresa.
Para la Chaparra y sus compañeras estar adentro es mucho más seguro, además que garantiza la comida y la dormida a diario, “pues en la calle, la cosa no es fácil”.
¿Y PUEDEN SALIR?
Estar interna en un establecimiento te evita salir de noche, pues los horarios de trabajo son claros. Desde la apertura del negocio hasta el cierre, “desde las 4:00 de la tarde hasta las 3:00 de la mañana no puedes moverte de acá”.
En las mañanas duermes, esperas las horas de las comidas y la verdad, es mejor dormir y tomarse un rato después de mediodía a visitar el centro para hacer compras.
En el caso de María la Chaparra; sin embargo, en la calle Sofi: “Nosotras debemos rebuscarnos el diario, aportar en la casa, enviar a nuestros hogares y cuidar el puesto para que no nos invadan, porque basta que si hay bastantes”.
Todas niegan tener jefe, sin embargo las internas deben cumplir reglas y el dinero a cambio de sexo, también incluye que deben pagar su estadía: “Claro, lo que ganamos se divide, si son 50 mil pesos por el rato, al menos 10 mil se quedan en el negocio”.
TODAS CAEN EN LAS REDES DE LOS COMERCIANTES DEL SEXO
Las autoridades advierten que existe una red de trata de personas, comercio sexual y hasta la exportación de mujeres para ser esclavas sexuales en otros países.
Según Norma Vera, secretaria del Interior a pesar, que también han hecho réplica en ciudadanas colombianas, se ha intensificado con mujeres oriundas de Venezuela.
“Tenemos el registro de la zona centro con lo que se está generando explotación con mujeres venezolanas con un mecanismo muy específico con retención de documentos, ocultamiento de información y hace unos días se devolvieron dos mujeres que fueron enviadas mediante la trata de blancas, una a la ciudad de Madrid y otra a la ciudad de Barcelona. Hace dos meses se inicio la ruta de restablecimiento de derechos, que por fortuna Migración la devolvió y se trajeron desde Bogotá a Santa Marta y se dio el tratamiento de víctimas”, reveló la funcionaria.
Según lo indicado por Norma Vera Salazar está claro que del hotel Benjamín no es el único donde se adelantaba este tipo de explotación, “hay una red de prestadores de servicios, que está asociado a una red trasnacional donde están llegando tanto extranjeros como colombianos que están llegando a estos lugares a tener relaciones con menores de edad”.
Fotos: Cristian Jaruffe.
