El pontífice dijo viajar a Irak como “peregrino de paz”, el gran ayatolá chiita Alí Sistani le transmitió este sábado su compromiso por la “paz” y la “seguridad” de los cristianos del país.
Francisco celebró hoy la primera misa de un papa con el rito oriental caldeo en la Iglesia de San José de la capital iraquí, ante cerca 180 fieles y en una ceremonia en la que se usó el árabe, el arameo, el kurdo y el turcomano, además del italiano.
A la ceremonia en esta iglesia en el centro de Bagdad asistió por sorpresa el presidente iraquí, el kurdo Barham Salih, de religión musulmana, con quien Francisco se entrevistó a su llegada al país árabe.
El obispo auxiliar de Bagdad, Basilio Yaldo, explicó a EFE que este encuentro en Ur era para ellos algo “histórico” pues se esperaba desde hace mucho, cuando ya lo había organizado Juan PabloII y tuvo que renunciar al viaje.
“Hoy realmente su deseo (de Juan Pablo II) se ha cumplido. Para nosotros este momento es de hermandad, paz y convivencia”, agregó.
La visita del papa –bajo fuertes medidas de seguridad– tiene lugar en medio de un confinamiento total de la población tras el aumento de casos de COVID-19 , que ronda los 5.000 contagios diarios.