Han llevado samba, cánticos, familias enteras y chicos a presenciar los partidos de Leones en Santa Marta.
La llegada del rey de los deportes ha despertado toda clase de emociones en la afición de Santa Marta, pero en especial, la de los venezolanos, quienes se han tomado las graderías del estadio La Esperanza.
Durante los cuatro juegos de la primera serie que jugó Leones en condición de local en Santa Marta, ante Tigres de Cartagena, la presencia de ‘patriotas’ ha sido concurrida.
Uno de los mejores ejemplos fue el Jonathan Riveros, un venezolano que hace dos años llegó a la Ciudad de Bastidas junto a su esposa y pequeño hijo.
Riveros, de 36 años, ingresó por primera vez al estadio La Esperanza para presenciar el último juego de la serie entre ‘felinos’.
Junto a él, su pequeño Esteban, de 9 años, quien viste la camisa de Leones… pero de Caracas, de donde son oriundos y apoyaban al equipo de pelota caliente de la capital.
“Donde vamos soy de Leones, eso va ser siempre”, dice emocionado Jonathan, quien era el hincha más emocionado de la gradería sobre la primera base.
Recuerda con nostalgia las emociones del deporte nacional en su país, y le recuerda a su hijo, algunos detalles del juego.
Esteban, con camisa y gorra beisbolera, completó la pinta con una manilla y una bola, mientras miraba de cerca a los jugadores de Leones, encima del dugout.
La ilusión era que los jugadores le firmaran la bola y así sucedió, en cada terminó de inning, intentaba lanzarla para que los jugadores tuvieran la gentileza de hacerlo y así, varios le retribuyeron.
María Orozco, su mamá y esposa de Jonathan, tampoco perdía detalle del partido, mientras aprovechaba para tomarle unas fotos al chico cuando el juego estaba detenido.
Esteban, desde niño jugó béisbol en su natal Venezuela, lo hizo en la categoría semillitas (3-4 años) en la novena Torreón de Caracas donde actuaba en primera o segunda base. Hoy el deseo de su padre es que juegue en el estadio La Esperanza con las escuelas locales.
“Estamos intentando. Él estudia de tarde y pocos chicos entrenan de mañana. Debemos hacernos a algunas cosas (medias, uniforme) para que pueda practicar como es”, comentó Jonathan.
Leones ganaba el partido 2-0 y estaba cerca de conseguir su primera victoria de la temporada, pero en la octava entrada, errores defensivos dieron al traste con el resultado a favor y al final la novena local perdió 5-2 con Tigres de Cartagena.
En medio de la tristeza por la derrota, los Riveros Orozco, al final salieron contentos porque volvieron a ver béisbol profesional, esta vez lejos de su país, y le regalaron a su pequeño hijo, el momento de compartir el deporte que más emociona a los venezolanos, donde son potencia y que grandes alegrías les ha dado a lo largo de la historia.