Venecia quedó conmocionada este miércoles tras la excepcional “Acqua alta” (marea alta) que causó incalculables daños a su patrimonio artístico e inmueble, y se teme que el fenómeno se repita en los próximos días.
“La situación es dramática, el maltiempo nos preocupa y la población sufre”, reconoció el primer ministro Giuseppe Conte al llegar a la ciudad para hacer frente a una las peores emergencias que ha sufrido la ciudad lacustre, patrimonio de la humanidad.
“Hemos sufrido daños por cientos de millones de euros”, lamentó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, quien solicitó el reconocimiento del estado de catástrofe natural.
La noche del martes la marea subió 187 centímetros sobre el nivel de referencia, cubriendo buena parte de la Ciudad de los Dogos e inundando hoteles de lujo, museos, tiendas y habitaciones privadas que se encuentra en promedio un metro por sobre el nivel habitual del agua.
“Un desastre apocalíptico, nos preparamos para nuevos episodios”, advirtió por su parte el gobernador de la región del Véneto, Luca Zaia, quien calcula que cerca del 80% de la ciudad quedó bajo el agua.
Se trató de la segunda “Acqua alta” más importante registrada en Venecia desde 1923, después de la del 4 de noviembre de 1966 (1,94 metros).
La marea alta causó la muerte, según medios italianos, de un veneciano de 78 años que falleció electrocutado mientras intentaba encender las bombillas eléctricas de su casa inundada.
Las autoridades decretaron el cierre de todas las escuelas, así como de varios museos, mientras el teatro La Fenice suspendió por ahora sus ensayos y presentaciones.
Entre los monumentos más afectados figura la famosa basílica bizantina de San Marcos, donde se podían ver arremolinadas las aguas sucias y saladas alrededor de las tumbas de mármol de su célebre cripta.