Con supervisión de Corpamag y Corpocesar como primer referente de trabajo conjunto.
Teniendo en cuenta la experiencia, tecnicismo y rigurosidad, un equipo interdisciplinario de docentes e investigadores de la Universidad del Magdalena trabajaron durante casi dos años en la propuesta de Declaratoria como Área Protegida, logrando la aprobación de esta como Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI – del Complejo Cenagoso de Zapatosa.
Este gran logro ambiental, que privilegia la conservación del humedal continental más grande del país, se da gracias a la confianza delegada en esta casa de estudios superiores por parte de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena– Corpamag y la Corporación Autónoma Regional del Cesar – Corpocesar, proceso operativizado a través del convenio 205 de 2017, para aunar esfuerzos en el desarrollo de la Ruta entre estas dos corporaciones y la Alma Máter a través de la Vicerrectoría de Extensión y Proyección Social.
El tamaño del polígono de la declaratoria de área protegida involucra 140,766 hectáreas del Complejo Cenagoso de Zapatosa de los cuales 25,574 hectáreas del total del área objeto de la declaratoria pertenecen al departamento del Magdalena.
“La Ciénaga de Zapatosa es el espejo de agua dulce más grande de Latinoamérica, esta declaratoria permitirá proteger más de 34 ecosistemas con especies en vía de extinción, que también produce bocachico, icotea, mojarra, blanquillo y bagre, entre otras; es una cadena de producción que nace con el pescador termina con el consumidor, lo que demuestra su gran proyección económica y nos invita a proteger este gran complejo que históricamente ha soportado la economía de la Costa”, manifestó el doctor Julio Suárez Luna, Director General de Corpocesar.
Por su parte el doctor Luis Santana Galeth, Presidente del Consejo Directivo de Corpamag, manifestó: “La Declaratoria de la Ciénaga de Zapatosa como un sitio de conservación implica tener en cuenta que vienen unas tareas muy importantes, son 144.000 hectáreas de reserva donde ha hecho un trabajo importante la Universidad del Magdalena que se ha encargado de todo el tema de pre inversión y lo que se viene es una responsabilidad con los nuevos entes territoriales con sus alcaldes para los planes de manejo ambiental correspondientes”.
El doctor Santana Galeth con referencia al trabajo de Unimagdalena en el proyecto afirmó: “El hecho de combinar acciones académicas, jurídicas e institucionales con la comunidad a través de esta universidad pública le dio un valor fundamental a que el desarrollo de la academia y el sector social deben estar articulados, hoy tuvimos un ejemplo importante donde la Universidad del Magdalena presentó un estudio hecho con claridad, mucha precisión y que nos brindó toda la tranquilidad para hacer la Declaratoria del Área”.
La importancia del Distrito Regional de Manejo Integrado–DRMI
La figura de protección de Distrito Regional de Manejo Integrado – DRMI que fue declarado para el Complejo de la Ciénaga de Zapatosa, es la categoría más amplia para las áreas protegidas y de manejo especial que se encuentran reguladas en el país. Esta reconoce la necesidad de conservar la biodiversidad, sus servicios ecosistémicos, y al mismo tiempo, realizar un manejo sostenible de los recursos naturales existentes por parte de la población local.
Esta figura de protección permitirá el uso y manejo de los recursos naturales y reglamentará las actividades que generen impactos negativos en el ecosistema. Una de las oportunidades que se abren para las comunidades en la zona de influencia de Zapatosa es la generación de negocios de ecoturismo, teniendo en cuenta la presencia de atractivos turísticos ambientales y culturales emblemáticos de la región.
Jean Rogelio Linero Cueto, docente de Unimagdalena y director del Convenio Interadministrativo entre la Alma Máter y Corpamag, expresó: “El impacto del proceso de Declaratoria de Área Protegida del Complejo Ciénaga de La Zapatosa será visible a mediano y largo plazo, ya realizada la Declaratoria viene el proceso de formulación del plan de manejo, donde se reúnen nuevamente las comunidades para conocer el detalle de problemáticas de la zona de estudio, se conocen las propuestas de la comunidad, de las diferentes instituciones regentes del medio ambiente y del gremio palmero y ganadero como generadores de un impacto ambiental sobre el complejo lagunar”.
El equipo científico de Unimagdalena coordinó en el desarrollo del proceso, la realización de tres rondas de talleres en los municipios de Chiriguaná, Curumaní, Tamalameque, El Banco y Chimichagua con la metodología de planificación participativa y fortalecimiento de canales de comunicación, contando con masiva asistencia de autoridades ambientales municipales, pescadores, concejales, representantes de negritudes, líderes de acción comunal, asociaciones, fundaciones ambientales y de pescadores.
Esto sumado a estudios de carácter científico que, docentes-investigadores, en conjunto con profesionales graduados de la Institución, llevaron a cabo desde diferentes componentes tales como el biológico, económico, antropológico, cultural, hídrico, hidrológico, jurídico y predial que se realizaron en toda el área de estudio, como insumos para delimitar el área a declarar.
Hay que recordar que las áreas protegidas son declaradas con el fin de conservar la biodiversidad de ciertos lugares, incorporando propósitos sociales que tienen que ver con la conservación del patrimonio natural. Las propuestas para declarar o ampliar un área protegida generalmente surgen como respuesta a la necesidad de garantizar la permanencia y funcionalidad de paisajes, ecosistemas o especies, así como los servicios ecosistémicos y los elementos socioculturales que puedan estar asociados a los diferentes niveles de la biodiversidad.
Entre los temas desarrollados con diferentes actores de los talleres se abordaron estrategias de conservación, áreas protegidas, gobernanza ambiental, diálogo de saberes, entre otros temas. Por tanto, el proceso de declaratoria involucró una ruta que se ejecutó en tres etapas: preparación, aprestamiento y declaratoria. Así mismo, el proceso contempló tres componentes: criterios biofísicos, criterios socioeconómicos y culturales, análisis de la propiedad, sectorial y jurídico.