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Judiciales

Tristeza y conmoción por asesinato de adolescente en Santa Marta

Vecinos, amigos y profesores del colegio marcharon exigiendo que el crimen no quede impune.

La noticia de la muerte del menor de 15 años en Santa Marta, tiene impactados y destrozados a sus familiares, amigos y a todo aquel que lo conoció.

Ninguno comprende las razones que pudieron llevar a que otra persona torturara y asesinara al adolescente a quien distinguían por ser servicial, afectuoso y muy social.

Su desaparición, el pasado sábado 12 de enero, causó de inmediato preocupación. Su tía Tilsa Pérez asegura que el joven nunca antes se había ausentado de su casa sin avisar.

“Era un muchacho muy juicioso que no le daba preocupaciones a su mamá”, expresó.

La última vez que lo vieron con vida, estaba en la Terminal de Transporte conversando con un tío y amigos a los que ayudaba durante sus ratos libres en los negocios de ventas.

Allí buscaba siempre la manera de ganarse algún dinero que le permitiera apoyar en los gastos de su hogar, donde convivía con su mamá, hermano de cinco años y su padrastro.

Ese día quienes lo trataron, dijeron que el menor no mostraba ninguna señal de intranquilidad o miedo, por el contrario como todas las veces; estaba alegre, conversador y presto a colaborar. A las tres de la tarde, se marchó a su residencia en el barrio Santa Ana, pero nunca retornó.

Su familia ante la extraña ausencia se llenó de angustia; sin embargo, pensaban que en cualquier momento regresaría sano. “Sabíamos que algo no estaba bien, pero como el niño no era de problemas, siempre tuvimos la fe de que aparecería”, indicó la tía.

Con el pasar de las horas y días, la zozobra por no saber del adolescente fue mucho mayor, ya que ni siquiera la búsqueda de la Policía hizo posible establecer su paradero.

Su tía dijo que “lo buscamos por clínicas, en la casa de amigos y otros parientes y ninguno daba razón”.

Lo habrían asesinado

El miércoles 16 de enero, las autoridades informaron sobre el asesinato de un joven, cuyo cuerpo fue encontrado en estado de descomposición con signos de tortura, metido en bolsas plásticas, y enterrado en una zona enmontada.

Al día siguiente, la esperanza de que el menor de 15 años estuviera vivo se apagaron por completo, cuando su madre Yalenis Pérez se dirigió a Medicina Legal y confirmó que la víctima de ese hecho atroz era su hijo.

Desde aquel instante, el dolor y desconsuelo se apoderó de la mamá y demás seres queridos, lo mismo sucede con los vecinos del barrio, compañeros de estudios y profesores del Colegio Juan Maiguel de Ozuna, quienes están conmocionados y piden justicia.

“Él aunque tenía 15 años, parecía de 12 por sus ocurrencias. Era un estudiante aplicado al que también le gustaba mucho jugar fútbol y manejar bicicleta”, recuerda uno de los docentes del colegio, donde el adolescente cursaría este año grado décimo.

Los amigos del colegio se habían reunido para también buscar al adolescente pegando carteles y visitando los lugares que acostumbraba, no obstante, al enterarse de su muerte violenta, la indignación y tristeza los motivó a organizar este viernes una marcha que salió desde el barrio Santa Ana hasta el cementerio Jardines de Paz, para posteriormente darle el último adiós.

“Exigimos justicia, no queremos que más niños y jóvenes sean asesinados”, exclamaban los participantes en la caminata de rechazo que atravesó la Troncal del Caribe.

Con globos, fotos del joven y flores las personas vestidas de blanco y negro, les exigieron a las autoridades que el crimen del adolescente no quede en la impunidad.

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