Los bombardeos golpearon con precisión las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán, informó a través de un comunicado el gobierno estadounidense.
El mundo se encuentra a la expectativa tras los ataques de Estados Unidos contra Irán, escalada significativa en el conflicto de Medio Oriente, que podría desestabilizar la región y tener impactos globales, según conocedores del conflicto.
Informes señalan que el más reciente ataque de Estados Unidos se dio contra las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán, esto con el objetivo de detener el programa nuclear de Irán, que afirman estaba próximo a construir armamento nuclear.
“Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y darle un freno a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo”, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en una alocución televisada luego de los ataques.
Entretanto, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, insistió en que sus investigaciones con material nuclear tienen fines civiles, calificando los ataques como una “grave violación” a la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
Los sucesos de este fin de semana se suman a una ofensiva de mayor escala iniciada por Israel el pasado 13 de junio. Desde entonces, ambos países han intercambiado ataques.
Pese a sus ataques, EE.UU. afirma que no está en guerra con Irán y que no desea cambiar el actual régimen de gobierno del país. Y urgió al gobierno de Teherán a continuar con el diálogo para poner fin a su programa nuclear.
