De acuerdo con el Ideam, la temporada seca irá hasta finales del mes de marzo.
La ola invernal que tantas emergencias causó en Santa Marta durante el segundo semestre del 2022, se fue con la llegada de las fuertes brisas y en su reemplazo, inició el fenómeno del niño que, trajo consigo la agudización de la crisis de agua en la capital del Magdalena.
El panorama en este nuevo año no parece ser muy alentador, pues sumado a la ausencia de lluvias, que se extenderá según el Ideam hasta finales del mes de marzo, la Empresa de Servicios Públicos del Distrito -Essmar-, intervenida actualmente por la EPM, no da “señales de vida” a los samarios.
La llegada de la temporada seca, ya empezó a hacer estragos, especialmente en los barrios subnormales, donde las familias tienen que vivir una verdadera odisea para al menos tener unos litros del preciado líquido para cocinar.
Los barrios que más padecen la problemática del desabastecimiento de agua, son los que se encuentran adyacentes a la vía alterna al Puerto de Santa Marta, donde las familias salen muy temprano con carreta y tanques en mano para lograr conseguir el agua a orillas de la carretera.
“Si no teníamos agua cuando llovía, ahora mucho menos que empezó la temporada seca. A quienes no madrugan o trasnochan para llenar sus tanques, les toca comprar pimpinas hasta en dos mil pesos”, dijo a Santa Marta Al Día un habitante de la Ensenada de Juan XXIII.
En San Jorge, San Pablo, San Fernando, Nueva Jerusalén, Bastidas, 17 de Diciembre, entre otros barrios, ya se empiezan a ver nuevamente a los fontaneros con turbina en mano y manguera al hombro, esperando que “se asome” el líquido a la tubería para lograr abastecer a la comunidad.
“Esperamos que la Essmar tenga algún plan de contingencia para la sequía, porque si les toca improvisar como hicieron durante las lluvias y la reciente temporada turística, vamos a el doble de trabajo”, señaló un ciudadano.
Se reactivó la venta de agua
Con el fenómeno del niño, los vendedores de agua vuelven a relucir, los barrios a los que el preciado líquido no les llega ni en carrotanques, les toca acudir a sectores vecinos a comprarlo. La alta demanda que hay para esta época, encarece el precio del mismo exponencialmente.
Mientras en algunos barrios una hora de agua puede costar 6 o 7 mil pesos, en otros puede llegar a tener un valor de hasta 15 y 20 mil pesos, lo que empieza a afectar el bolsillo de los samarios.