En ella se evidencia que se negó a practicarse las pruebas de alcoholemia, así como también fue trasladado a un centro psiquiátrico donde lo atendió el mismo médico de la Perfect Body.
Enrique Vives se encuentra recluido actualmente en la cárcel de mediana seguridad ‘La Ternera’ en la ciudad de Cartagena, pero han surgido muchas dudas frente a su paso por la Clínica Perfect Body de Santa Marta, en donde fue remitido el 13 de septiembre, día del grave accidente.
Según la historia clínica, Vives Caballero fue valorado en este centro médico a las 2:45 de la tarde del 13 de septiembre, no por una emergencia sino por una cita prioritaria, alegando sensación de angustia, temblores involuntarios e intolerancia a los alimentos.
Sin embargo, la primera nota de enfermería subraya que el paciente se encontraba “consciente y orientado”.
Luego de tres horas, el empresario agrega otros síntomas a su epicrisis, afirma sentir dolor abdominal producto de una gastritis.
A las 7:00 de la noche se recalca en el historial que la persona sigue “consciente y orientado”, tanto es así que inicia la negativa de practicarse la prueba de alcoholemia con el argumento de que “el abogado no le ha dado la orden”.
Y a pesar de que Vives gozaba de plena consciencia, como lo atestigua la reseña clínica, el tercer galeno tratante, controvirtiendo el diagnóstico anterior “considera que el paciente no se encuentra en condiciones para realizar audiencia”, y propone que la diligencia sea reprogramada.
Tras 20 horas del accidente, Vives Caballero no permite que se le realicen las pruebas de alcoholemia, según porque su abogado no se lo indicó, lo que para la Procuraduría resultó muy llamativo porque sería “una forma de esperar a que el cuerpo se desintoxicara”.
En el segundo día de estancia en la clínica en mención, Vives Caballero es atendido por el mismo gerente del centro asistencial Gerardo Estrada, quien lo remite a psicología y de ahí a psiquiatría, arrojando un diagnóstico de estrés postraumático y una crisis ansiosa depresiva. Empieza a recibir tratamientos para la salud mental.
“Esta persona con el trauma que padecía no hacía otra cosa que hablar del accidente, por su cabeza se le pasaban esas imágenes, no estaba en sus facultades mentales para asistir ante la justicia, estuviera sedado o no. Solamente bastaba el impacto psicológico”, precisó Estrada sobre la no asistencia de Vives a la audiencia del martes 14 por la tarde.
Asimismo, el gerente, se manifestó sobre la fotografía en la que se le ve a Enrique Vives, conectado a varios equipos médicos.
“A pesar de que en las redes sociales se diga lo contrario, el paciente se encontraba en un electrocardiograma, con un equipo en funcionamiento. La foto fue tomada de una manera imprevista. Yo doy fe de ello porque revisé los resultados”, dijo el especialista.
Vives en todo momento estuvo acompañado por un familiar y por un custodio de la Policía, los mismos que a las 6:41 de la tarde del miércoles 15 permitieron salieron “huyendo del centro asistencial”, por oponerse a un traslado a Barranquilla y salir hacia un sanatorio psiquiátrico en un vehículo particular.
Esto se hizo sin la autorización de los fiscales y la juez, Alex Fernández se llevó a su defendido a la clínica Fundación Santa Marta por el niño (Fusam), gerenciada por Carlos Dávila Sánchez, mismo especialista que lo atendió un día antes en la Perfect Body.
En esta clínica paradójicamente le practicaron 14 estudios y lo atendieron cinco profesionales de salud, y mientras que las audiencias eran aplazadas.