La trágica muerte por un pastel envenenado ha destapado un presunto crimen familiar planeado por una deuda económica; el caso, investigado como doble homicidio, ha generado indignación en todo Brasil por la crueldad del acto.
Lo que parecía un simple gesto de cortesía terminó en tragedia. El pastel envenenado que terminó con la vida de madre e hija se ha convertido en uno de los doble homicidio más estremecedores en Brasil, y las autoridades investigan un posible crimen familiar motivado por problemas económicos.
Ana María de Jesús, de 52 años, y su hija Larissa de Jesús Castilho, de 21, fallecieron tras consumir un pastel que un familiar sospechoso llevó a su casa como “sobrante” de una fiesta a la que ellas no habían asistido.
Cuarenta minutos después de comerlo, Ana María comenzó a sentirse débil y fue hospitalizada. Horas más tarde, Larissa probó otra parte del pastel sin sospechar nada, pero murió en minutos tras convulsionar.
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Una adolescente de 16 años, también pariente, comió un pequeño trozo del pastel y sobrevivió. Declaró que Larissa notó un “sabor amargo”, pero no imaginó el peligro.
Confirmado: el pastel contenía insecticida
Los análisis forenses revelaron que la torta tenía un insecticida de uso doméstico, capaz de causar graves daños al sistema nervioso humano. Los investigadores concluyen que solo la porción enviada a la vivienda de las víctimas fue alterada, lo que refuerza la hipótesis de un acto premeditado. El hombre que entregó el pastel y su esposa son los principales sospechosos. El motivo sería una deuda económica que las víctimas tenían con ellos.
La Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo confirmó que el caso se investiga como doble homicidio intencional. Las autoridades continúan recopilando pruebas, testimonios y análisis toxicológicos para esclarecer el macabro crimen.
