A pesar de las restricciones, Guardacostas ha sorprendido grupos hasta de cincuenta personas haciendo sancocho en Playaca.
Ni los videos, tutoriales, vallas, noticias o amonestaciones han sido suficientes para que algunos samarios entiendan que el aislamiento preventivo es obligatorio y que eso incluye dejar de ir a la playa, los uniformados de la Estación de Guardacostas de Santa Marta, tienen una lucha casi perdida en Playaca.
En circunstancias normales Playaca es una playa semiprivada, ubicada a dos kilómetros del corregimiento de Taganga, en circunstancias de pandemia es simplemente un lugar prohibido, al que nadie debería ir.
Sin embargo, para las autoridades es inexplicable que cada fin de semana les toque atender grupos de indisciplinados que violando todas las medidas deciden ir a bañarse, broncearse y como si no fuera suficiente terminan en plan de sancocho, paseo y amigos.
Según la estación de Guardacostas, se han encontrado hasta 50 personas en el típico ‘plan playita’ en el que no sólo hay feria de fotografías para las redes sociales sino aglomeraciones e infracciones sin sentido.
Para llegar hasta Playaca hay que recorrer varios metros a pie desde la carretera, así que cuando se encuentran a los infractores, los Guardacostas los amonestan verbalmente mientras que a la Policía le toca activar una especie de ‘plan candado’ para esperarlos en la carretera y así poderlos sancionar.
Como ya es casi que seguro encontrar personas en esta playa, se activó una estrategia que incluye a Guardacostas, Policía y Secretaría de Gobierno la tripleta se pone de acuerdo para además de cazar los infractores poderlos sancionar y de esta forma evitar que repitan su comportamiento.
Aunque es Playaca el lugar al que más bañistas desobedientes acuden, también han sido necesarios operativos en la playa de El Rodadero y en algunos sectores de Bello Horizonte, recién empezó la cuarentena en este corredor turístico hasta sorprendieron un par de surfistas.
Es importante aclarar que no aún si el ciudadano vive frente a la playa, o cerca de ella no hay excepciones que le permitan ir a bañarse en el mar y mucho menos armar grupos de paseo, rumba y desorden.
Con esperanza los Guardacostas aprovechan para enviarle un mensaje a los samarios: ¡Por favor acaten las normas de aislamiento! Deben entender que es serio y que los contagios van a seguir creciendo y mientras las personas no hagan caso y se cuiden la curva no descenderá.