La Policía Metropolitana anunció duros comparendos a los establecimientos que violen los decibeles permitidos.
Cansados del ruido ensordecedor provenientes de los patios rumberos, la comunidad de Pescaito hace un llamado a las autoridades para que se intensifiquen los operativos para controlar los decibeles de sonido de los Pick-Up.
De acuerdo con un líder comunitario, estos establecimientos comerciales estarían realizando semanalmente eventos con Pick-Up de otras ciudades, que cada vez son más grandes, impidiéndoles descansar cómodamente en sus viviendas.
“Sumado al ruido, cuando los patios rumberos cierran sus puertas, se generan riñas en las calles del barrio, que terminan en batallas campales, afectando incluso nuestros inmuebles”, dijo el líder, mientras recalcaba que los días siguientes a los eventos, les toca recoger botellas, piedras y otros objetos con los que se agreden.
Lo anterior, hace que muchos de los vecinos de estos negocios opten por abandonar sus casas durante los fines de semana y regresen el siguiente lunes, ya que el ruido les produce estrés, especialmente a los adultos mayores.
“Hace algún tiempo la Policía y el Dadsa hicieron operativos que conllevaron a que regularan el volumen, sin embargo, tiempo después volvieron a lo mismo”, dijo una mujer, que reside a pocos metros de un patio rumbero.
Ante la solicitud de los pescaiteros, la Policía Metropolitana de Santa Marta en cabeza de la Coronel Adriana Paz, anunció que se instaurarán duros comparendos a los establecimientos que reincidan en la violación de los decibeles de sonidos o en los que se generen desmanes.
“He pedido a mis policías que, cuando los eventos sean repetitivos no se llegue a conciliar, sino a imponer comparendos. Somos respetuosos de las culturas, pero no se puede permitir que por unos pocos, toda una comunidad se vea afectada”, señaló Paz.