Los ingleses son el primer equipo que gana una serie de 105 anteriores, después de perder sin marcar en el duelo de ida.
Con penales avisados por
el VAR sobre los minutos finales, Manchester United y Porto, lograron dramáticas
clasificaciones a los cuartos de final de la
Champions League.
Con un doblete de Romelu
Lukaku y un tanto de Marcus Rashford, el Manchester United ganó por 1-3 al
París Saint Germain y consumó la remontada en octavos de final en la Champions
League, tras un choque dramático en el Parque de Los Príncipes.
United enfrentaba la
difícil tarea de remontar un descalabro de 2-0 ante el París SG liderado por
Kylian Mbappé, que en el encuentro de este miércoles no fue tan incisivo para
los suyos.
Lukaku anotó al minuto 2
previo error de Thilo Kehrer, pero Juan Bernat, al minuto 11, empató para frenar
las aspiraciones de los Diablos Rojos.
Pero nuevamente Lukaku
acercó en el global a los de Ole Gunnar Solksjaer, gracias a una nueva diana
sobre los 30 minutos después que Gianluigi Buffon diera un rebote.
El drama se apodero del
juego al minuto 93, tras un penalti sancionado con el VAR, tras una clara mano
del zaguero Presnel Kimpembe y que fue cobrado por Marcus Rashford, con
potencia a la derecha, para batir a Giggi Buffon.
POLÉMICA
EN PORTO
Roma y Porto
certificaron que su serie de octavos de final es de las más parejas, con un 2-1
en la vuelta en Portugal que obligó al desempate en tiempo suplementario o penales
tras el 3-3 global.
Tiquinho, a los 26
minutos puso arriba a los dragones, pero un penalti de Daniele de Rossi, sobre
37 minutos, empató el marcador y puso momentáneamente arriba a los romanos en
la serie.
La fiesta en Portugal se
desató con la anotación de Moussa Marega a los 52, que igualó las cosas y forzó
la prórroga.
En el segundo tiempo extra, Roma, que se había
perdido dos opciones claras en el área, cometió un penalti innecesario sobre un
jugador del Porto, tras un jalón de camiseta. A los 117, Alex Telles se puso de
frente y definió con un penalti a la derecha.
La polémica llegó a los
122 minutos, en plena reposición, Roma pidió un penalti tras un derribo a
Patrick Schick dentro del área por un contacto desde atrás de Marega. Los
responsables del VAR indicaron al réferi Cuneyt Cakir, pero éste determinó que la
acción no ameritaba penal.