El virus del papiloma humano es el causante de una enfermedad de transmisión sexual llamada VPH. Es una enfermedad difícil de curar y se manifiesta a través de síntomas como verrugas que surgen en la región íntima después del contacto íntimo con un individuo infectado.
El virus del papiloma humano (VPH) es una enfermedad que generalmente se transmite a través del contacto sexual con una persona infectada.
Los condones no siempre protegen contra el VPH, el contacto directo de la piel con una persona que tiene una lesión o verruga puede resultar en la transmisión de la enfermedad. La abstinencia es la única manera de protegerse totalmente contra el VPH, para saber realmente si alguien está infectado con el virus es necesario hacer un examen pélvico de rutina y la prueba de Papanicolaou, en las mujeres, así como una inspección del pene para los hombres. Este virus puede causar una gran variedad de síntomas.
Su tratamiento es hecho con el uso de medicamentos y cirugía de cauterización y dura en promedio 2 años, aunque los síntomas desaparezcan un poco antes.
El VPH también es conocido como condiloma, verrugas genitales o cresta de gallo.
¿El VPH tiene cura?
En algunas personas el VPH se cura solo debido a una remisión espontánea del virus. Eso puede ocurrir entre 4 semanas y 2 años después de la contaminación con el virus en personas que poseen un buen sistema inmunitario y que raramente se enferman. Estas personas por lo general nunca presentan síntomas relacionados con el VPH, pero pueden contaminar a otros mientras no estén curados.
Para las personas que descubrieron que tienen VPH pero no tienen ningún síntoma, el médico puede evaluar si el tratamiento debe ser realizado, pero a pesar de eso puede ser útil invertir en los tratamientos caseros, fortaleciendo el sistema inmune con el consumo de alimentos ricos en vitamina C como piña, acerola, kiwi y fresas.
Normalmente las personas que presentan síntomas no se curan del VPH, ellas apenas podrán eliminar las verrugas a través del tratamiento, pero el virus raramente es eliminado del organismo, y en cualquier momento podrá manifestar síntomas otra vez. Así que cuando los síntomas desaparecen y con el fin del tratamiento se puede decir que el paciente alcanzó la cura clínica del VPH, y puede ser confirmado a través de exámenes.
A pesar de que el tratamiento no siempre es suficiente para curar definitivamente el VPH es importante realizarlo porque la infección con el VPH aumenta el riesgo de cáncer. Para alcanzar esa ‘cura’ del VPH se recomienda usar los medicamentos indicados por el médico y utilizar preservativo en todas las relaciones.
Los síntomas del VPH son:
Varias pequeñas verrugas en la región íntima masculina o femenina.
Estas verrugas pueden estar presentes en la región del cuello uterino (por lo que no se ven a simple vista) y no estar presentes en la región íntima externa femenina.
Los síntomas pueden estar ausentes a pesar de la presencia del virus. Esto ocurre principalmente en los hombres, pero también puede ocurrir en las mujeres.
El diagnóstico del VPH puede ser hecho por el examen clínico visual y confirmado por el examen del papanicolau o biopsia de las verrugas.
El VPH en el hombre es semejante al VPH en la mujer, sin embargo es muy común que no presenten ningún síntoma, a pesar de que el virus está presente en la piel del órgano genital y de que puede ser transmitido para otros a través del contacto íntimo.
Algunas veces el virus es naturalmente eliminado por el cuerpo, y lo que puede ocurrir es que el hombre contamine a la pareja y ésta desarrolle los síntomas, cuándo el hombre se haga los exámenes normalmente descubre que ya no tiene el virus. Por eso no siempre es posible saber quién pasó el virus para el otro.
El examen indicado para identificar el VPH en el hombre es la colposcopia y el tratamiento puede ser hecho con crioterapia, láser, soluciones y pomadas, además de medicamentos para fortalecer el sistema inmunológico. El tratamiento no interfiere en la erección y en la fertilidad.
El tratamiento para el VPH puede ser hecho con:
-Uso de pomadas y de soluciones aplicadas por el médico en un consultorio y;
-Cirugía de cauterización (láser) realizadas durante varias sesiones por el médico.
El ácido tricloroacético (ATA) a 70 y a 90% y la Podofilina a 15%, en solución alcohólica, deben ser aplicados por el médico 1 vez por semana y la pomada como la Podofilotoxina a 0.15%, debe ser aplicada por la persona 2 veces al día. El tratamiento contra el VPH es lento y puede ser costoso, pero es la única forma de vencer la enfermedad y disminuir el riesgo de cáncer en hombres y mujeres.
Lo que puede ocurrir si no trata el VPH es que la persona puede transmitir el virus a otros y desarrollar cáncer.
El virus del VPH es altamente contagioso y la transmisión se da a través del contacto íntimo sin condón con el individuo infectado con el virus y basta tan solo tener contacto 1 vez para contraerlo.
El tiempo de incubación del virus varía de 1 mes a 2 años y durante este período a pesar de no haber síntomas, el individuo ya puede contaminar a otros porque puede presentar verrugas que no son visibles a simple vista, transmitiendo el virus.
Las mujeres también pueden transmitir el VPH durante el parto normal y contagiar al bebé.
Vacuna del VPH
La vacuna contra el VPH es indicada para mujeres y hombres entre los 9 y 26 años y sirve para disminuir el riesgo del cáncer en el cuello uterino, pene y ano. La vacuna para las niñas entre 9 y 13 años de edad tiene una eficacia de 100%, sobre todo cuando es administrada antes del primer contacto íntimo.
Quien ya tuvo contacto íntimo o ya posee VPH puede colocarse la vacuna porque protege contra otros tipos de VPH. Después de colocarse la vacuna es necesario de igual forma utilizar preservativo en todas las relaciones sexuales, para así evitar la contaminación con otros virus del VPH.
A pesar de ser muy eficaz esta vacuna puede tener efectos secundarios.
Tipos de Virus
Existen más de 100 tipos de virus del VPH, y sólo 4 de ellos están relacionados con el cáncer. Los tipos 16 y 18 causan alrededor del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino, mientras que los tipos 6 y 11 causan alrededor del 90% de las verrugas genitales.