El constante acoso y el desorden en la movilidad y el espacio público, se volvió a tomar El Rodadero. La falta de una regulación ha incrementado la venta informal que espanta hasta al turista más paciente.
“No gracias, gracias no, ya compré”, esas son las frases repetitivas de un turista que se sienta a orillas del mar a disfrutar del paisaje, pero debe surfear en olas y olas de vendedores.
PERJUDICA AL COMERCIO FORMAL
El comercio formal, los gremios y hasta la misma promotora, han advertido sobre la situación de ilegalidad, y la proliferación de vendedores que se pasean por la playa y el Camellón sin ningún tipo de control.
Iván Calderón Quintero, gerente de la Promotora Turística de El Rodadero ProRodadero, manifestó que “es impresionante la masiva presencia de la informalidad en el Rodadero. Hemos contado más de 512 nuevos informales en las últimas tres semanas”.
Denunció que “detrás de muchos de ellos, hay unos mal llamados empresarios que los explotan y compiten de manera desleal con el comercio formal”.
EL TURISMO
Para los propios y visitantes, resulta “cansón, tener que pasar el día recibiendo ofrecimientos de productos que vaya uno a saber si no le van a caer mal”.
“En menos de 20 minutos pasan hasta 10 vendedores acosando y ofreciendo desde raspao, hasta comida y bebida”, dijo Julio Londoño, turista de Ibagué.