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Santa Marta

La pandemia asfixia a las trabajadoras sexuales en Santa Marta

Para ‘La Gata’, tener que coquetear y ofrecer su cuerpo sigue siendo una tarea difícil en medio de la pandemia.

Nada más es pensar en tener que tocar el cuerpo de otro desconocido y ya Yenifer Muñoz, más conocida como ‘La Gata’, se pregunta ¿dónde carajos está lo alegre de su triste vida?

Son las 2:00 de la tarde y afortunadamente le alcanzó para comprar el almuerzo, un sabroso corrientazo de arroz, pollo y lenteja con el que pasará el día tranquila, porque sabe que sus hijos ya tuvieron que comer, con el poco dinero que llevó esta madrugada.

Mientras saca las cuentas, pide al cielo que llegue algún cliente ávido de placer, recuerda que son más de 20 años que lleva en el oficio de trabajadora sexual y que su oficina ha sido el Parque de Bolívar.

Para ‘La Gata’, tener que coquetear y ofrecer su cuerpo sigue siendo una tarea difícil, la que por necesidad le toca hacer a diario como una plana en cuaderno de caligrafía: “debo complacer para poder comer”.

Y no solo para comer ella, debe velar por sus dos hijos, uno de 3 y 6 años, con quienes vive en la calle 11 del Centro Histórico, porque como a muchas de sus compañeras le tocó aprender a ser madre cabeza de hogar desde niña.

Sentada en una de las bancas del Parque de Bolívar, a espaldas del Libertador Simón Bolívar, recuerda como desde los 15 años, empezó a conocer el mundo de la prostitución, trabajo que asegura realizar por culpa de una serie de situaciones aberrantes, como la violación que sufrió cuando estaba pequeña por parte de uno de sus familiares, un pasado que nunca ha superado ni con su madurez.

Desde muy niña ‘La Gata’ quedó huérfana de padre, cuando su madre tenía un mes de embarazo, y como si fuera poco, después que murió de su padre, la fuerte depresión llevó a su mamá a la drogadicción, por lo que hasta el sol de hoy nunca más supo de su paradero.

“Yo nunca la conocí, ni se dónde se encuentra, todo esto me llevó a escoger este camino. Tal vez el vacío y no tener a nadie a mi lado hizo que fuera otra persona, así con las cosas de la vida”, dijo Yenifer con lágrimas en sus ojos.

Dice que, con 15 años, su coqueteo y particular manera de vestir, la llevó a descubrir que podía salir adelante sin la ayuda de nadie.

Fue entonces cuando conoció propuestas de hombres mayores, las cuales generaron un interés su vida. ‘La Gata’ asegura que, durante esa época de la niñez, encontró en el sexo una oportunidad para poder sobrevivir y ganarse la vida.

Para Yenifer, la rutina que le toca vivir a diario no es fácil, sobre todo por las largas horas que le toca permanecer en el parque Simón Bolívar para tratar de atraer los posibles clientes que transitan a diario por este sector de la ciudad.


SER MADRE GENERA RESPONSABILIDADES QUE LA OBLIGAN A SER LA MUJER DE TODOS

Desde muy temprano, alrededor de la 6: 00 de la mañana suena el despertador de su celular, lo que indica que debe levantarse y vestir su ropa sexy para seducir a los clientes que pueda conseguir durante el día, solo a unas cuantas cuadras de su casa, la cual se encuentra ubicada en el Centro Histórico.

‘La Gata’, asegura que son largas las horas en las que tiene que estar de pie o sentada en alguna banca del parque, aunque algunas veces aplica de manera fácil sus estrategias seductoras debido a la ropa corta que utiliza, con cualquier cruce de piernas y una mirada llena de picardía logra su objetivo.

Un pintalabios de color rojo, shorts, zapatos altos o cualquier legguins que marque su esbelto cuerpo también se suman a la lista de la vestimenta que guarda en el closet del “deseo”.

Actualmente tiene 5 hijos, de los cuales dos viven en la ciudad de Santa Marta, uno de 3 y 6 años, mientras que los otros tres, una niña de 13, uno de 8 y un bebé de 4 meses, se encuentran en la ciudad de Riohacha junto a un tío, debido a la grave situación económica por la emergencia del Covid – 19.

“Por circunstancias de la vida salí embarazada, y me tocó mandarlos para que no pasaran necesidad, uno como adulta aguanta hambre, pero los niños no”, aseguró ‘La Gata’.

SE EXPONEN AL PELIGRO

Yenifer, también manifiesta que le ha tocado realizar sus servicios sexuales en solares ubicados cerca al sector de Mamatoco a merced de la oscuridad, exponiéndose su integridad física y con temor, con el fin de llevar el sustento diario para sus hijos.

“Algunas veces no me desocupo temprano porque la plaza está muy sola, y toca frecuentar otros lugares en la madrugada para obtener algo de dinero, hay días en que me gano 150 mil pesos, otras veces me toca cobrar a 20 o 30 mil pesos el servicio porque me desespero y no hay nada que comer”, señaló.

En estos momentos, los gastos de esta mujer junto a sus dos hijos, suman en el mes alrededor de 600 mil pesos, en los cuales le toca invertir 20 mil pesos en el alquiler de la pieza y 30 mil pesos en alimentación.

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