Una de las residentes hace el llamado a Essmar E.S.P., para que intervenga en las tuberías y evite que el agua que llega se siga derramando.
Indignados y en incertidumbre se encuentran los habitantes de un sector en el barrio Altos de Bahía Concha, pues desde hace cerca de tres semanas se presenta un derrame de agua “limpia” a la cual no pueden acceder y que, paradójicamente, están necesitando.
Según información de una de las líderes a SANTA MARTA AL DÍA, este caudal proviene del otro lado del barrio, una zona de invasión a la que la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar E.S.P. sí le está suministrando el servicio de agua potable y haciendo toda la intervención, mientras quienes están legalizados continúan padeciendo.
“Tengo entendido que ellos se iban a encargar de arreglar las tuberías, pero me estuvieron comentando que según, no tienen presupuesto; no entiendo, porque sé que ese proyecto estaba aprobado y es el colmo que ahora digan que no tienen plata. Nosotros que somos los que tenemos casa por acá, nos vamos a quedar sin la misma”, denuncia Liliana Piña.
Debido a la carencia de este servicio, la señora Liliana cuenta que entre todos los vecinos han tenido que reunir dinero para pagar carrotanques, que puedan abastecerlos de agua y suplir sus necesidades básicas; sin embargo, califica como injusta la situación que viven con sus colindantes.
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EXIGEN CELERIDAD EN OBRAS
Los líderes comunales vienen gestando desde 2018 un proyecto de pavimentación, que, a su vez, mejoraría el suministro de agua; esto, en conjunto con la veeduría del relleno sanitario de Palangana.
Liliana Piña indicó que, la mayor problemática se centra en el sector del portón hacia la entrada de Altos de Bahía Concha, exactamente en el asentamiento humano Tonisa, para el que se logró en un principio, solo la pavimentación pues supuestamente ya había alcantarillado y agua; sin embargo, se hizo necesaria la reestructuración en el sistema de tuberías.
“Como al llegar, éramos invasores no tenemos los servicios; entonces le ha tocado a la comunidad instalarnos y conectarnos ilegalmente. Trajimos al entonces alcalde, Rafael Martínez y todos los actores principales, entes gubernamentales y se consiguió una adición presupuestal para alcantarillado y agua potable”, sostuvo Piña.
La lideresa agregó, que son aproximadamente 160 metros que no tienen tubería: “Le dijimos a Essmar que nos tuvieran en cuenta, para poder conectarnos y quedaron en acuerdo con actas donde se comprometieron a arreglar. Hasta este año junto con los líderes cívicos estábamos todavía bregando”.
La obra debía estar terminada en diciembre pasado, pero al darse la adición de presupuesto, se demoró y empezó apenas el pasado 15 de octubre, solo hasta una parte del sector, antes de llegar al asentamiento.
“Por ahora tocó buscar alternativas con empresarios aledaños, como constructoras, canteras, operadores de cabañas y otros, para que nos proveyeran y surtirnos de agua; cerca de 300 familias nos quedamos sin el servicio. Gracias a Dios nos están colaborando con materiales también”, concluyó.