Líderes sociales y políticos se preguntan ¿qué espera el Distrito para declarar la calamidad pública?
Diariamente José se traslada desde su casa en el sector de San Jorge, con una carretilla y 9 tanques vacíos hasta la carrera 21 con calle 9 en el sector de Los Almendros, para abastecerse de agua potable. Algo similar hace Jairo Loyé, en el propio barrio Los Almendros con una fila de vecinos que con motobomba en mano hacen una telaraña de mangueras para llenar algunos de los tanques y albercas de sus casas.
En sectores como Gaira, María Eugenia, El Parque, Concepción y otros tantos que completan una lista de más de 150 barrios, viven una historia similar, todos con las mismas tres palabras en su boca: “no hay agua”.
La situación en algunos sectores es tan difícil que hace dos semanas no ven el servicio de agua potable y por la difícil situación económica, hay hasta días en que deben escoger, si bañarse o utilizar el preciado líquido para cocinar y otras necesidades.
Hoy en día en Santa Marta, las ferreterías venden más motobombas y metros de mangueras que taladros, pinzas y otros elementos.
Los samarios algunos de manera individual o en grupos, gastan al menos entre $80 mil y $100 mil en la compra de motobombas al menos cada 8 meses.
Pero la falta de agua se debe a la falta de una alternativa que comulgue con la voluntad de apoyo económico del gobierno nacional y lo que desde el distrito se proyecte; pues mientras esto se da, los niveles de captación son cada día más bajos.
En varias ocasiones se ha escuchado a la empresa encargada del servicio de acueducto y alcantarillado, Veolia, expresar que “estamos en época de sequía, durante el último trimestre el nivel de los ríos que abastecen el acueducto de Santa Marta ha bajado un 37% y día a día sigue disminuyendo. Recordamos a nuestros usuarios en Santa Marta la importancia de hacer uso racional del agua”.
Lo cierto es que Veolia dejará de operar el próximo 17 de abril y en pleno empalme con la Essmar, no se buscan soluciones concretas desde estas entidades en comunión con la Alcaldía de Santa Marta. Hoy la realidad para algunos expertos es que el Distrito de Santa Marta, debería ser declarado en calamidad pública.
Sin embargo la opinión pública y en los pasillos de la Alcaldía sólo se rumora que desde la casa consistorial parece estar más con la mira puesta al regreso del alcalde Rafael Martínez, que una búsqueda rápida a mermar la calamidad.
LA CAPTACIÓN
Según los datos más recientes entregados por Veolia, hay una reducción significativa del 47% de los niveles de los ríos que suministran la Planta Mamatoco, que abastece el norte y centro de la ciudad de Santa Marta, de 690 a 470 litros por segundo; y en la Planta El Roble, que cubre la zona sur, sector hotelero y corredor turístico, de 380 a 240 litros por segundo, adicionalmente los pozos profundos están generando otros 450 LP.
La demanda de agua potable de Santa Marta es de 2.500 litros por segundo, sin embargo la producción del acueducto solo está siendo de 1.160 litros, es decir que el déficit se encuentra en 1.340 litros.
Los datos según ha dicho la propia entidad son muchos más graves y están próximos a actualizarse.
La crisis se registra en toda la ciudad sin excepción, no obstante las zonas neurálgicas son los barrios ubicados en las partes altas, donde la prestación del servicio es prácticamente nulo
Al resto de sectores, se les viene colocando el servicio durante días específico para que se provean y hagan un uso racional del recurso.
La entidad dispone de 20 carrotanques que durante el día se desplazan por los diferentes sectores llevando el agua a los usuarios.
DELCARATORIA DE CALAMIDAD
En julio de 2018 el Alcalde anunció que decretaría la calamidad pública cuando la producción del acueducto era de 1.160 litros por segundo hoy el acueducto está generando 1190, lo cual no cubre ni siquiera el 50 por ciento de la demanda de Santa Marta. Se espera un pronunciamiento de la administración en los próximos días.
Durante ese tiempo en el mes de julio no se decretó la calamidad, porque volvieron las lluvias, pero en esta ocasión, la situación es diferente.
“La temporada de verano no da tregua y el fenómeno del Niño genera un efecto fuerte en los ríos que abastecen a la ciudad”, manifestó el edil de la Localidad Tres, Juan Carlos Manjarrés.
Para el edil Diego García, es necesario que desde el Distrito se adelanten las acciones pertinentes, pues sectores de la Localidad Tres, “sólo por mencionar Gaira, están sufriendo con la falta de agua”.
AFECTACIÓN AL COMERCIO
Tal parece que el dicho de “si por allá llueve, por acá no escampa”, está completamente desorientado a la situación de sequía de la ciudad, pues si en las comunidades hay afectación, en el sector comercial, no hay tregua.
Desde la Federación Nacional de Comerciantes, la directora territorial, Angélica Silva, aseguró que la percepción del lado del comercio es de gastos adicionales para prestar sus servicios sin problemas de desabastecimientos.
Desde los restaurantes, hasta los almacenes de cadena, sufren la falta de agua potable en la ciudad.
“Desde la precepción de nosotros como representante de los empresarios, si hemos escuchado que en gran medida el comercio organizado, debe adelantar unas serie de gastos adicionales para garantizar el suministro de agua”, dijo Angélica Silva, directora de Fenalco.
HAY DIFICULTADES AL INTERIOR DE LA ALCALDÍA
Mientras desde Veolia se adelanta un empalme con la Essmar, la cual aun muchos desconfían tenga la capacidad para prestar el servicio, no se ve otra hoja de ruta más que esperar a que el Alcalde de Santa Marta, solucione sus problemas judiciales.
ALTERNATIVA A FUTURO
Antes de la medida de aseguramiento que le fue dictada, el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez reiteró que hay total viabilidad en la construcción de plantas desalinizadoras, que solucionarían en corto plazo el problema de desabastecimiento de agua que vive la ciudad.
Según el mandatario en su visita a Israel, pudo constatar que es una solución viable que le podría generar a Santa Marta tranquilidad en la distribución del agua.
Dijo que en su recorrido pudo conocer que las plantas podrían dar hasta el doble de litros que necesita la ciudad para abastecerse.
“Miramos todos los componentes costos de producción, costo de energía costó laborales, mantenimiento y claramente es un proyecto posible realizable, y hoy tenemos una agenda o tenemos una ruta, un paso a paso, porque esta solución nos permite poner en funcionamiento de manera modular litros cada cierto tiempo. Esperamos poder darle a la ciudad con una planta desalinizadora el agua potable, de hecho todo el agua del 80% de de Israel es de las cinco plantas de agua potable”, dijo el Alcalde en entrevista con Radio Galeón.
El Alcalde de Santa Marta añadió que esto permitiría suplir un poco la negativa o la imposibilidad de poder financiar la traída del agua del río Magdalena. Lo otro que se piensa hacer a construir ampliar El Curval a 150 litros por segundo, lo que permite mejorar las captaciones del río Piedra y el río Manzanares. Además de mejorar la captación en El Roble y trabajar en la gestión de pérdidas para bajar esas pérdidas que hoy están entre 70%, bajarla por lo menos a 50%.
