Un profundo dolor embarga a Cartagena tras la muerte de un niño de 11 años que permaneció en coma por casi dos meses luego de sufrir un paro cardiorrespiratorio durante una resonancia magnética. La familia exige una investigación médica para determinar si hubo negligencia en el procedimiento.
Lo que debía ser una resonancia magnética de rutina se convirtió en una tragedia que hoy enluta a una familia. El pequeño Mateo Andrés Brieva Arellano, de tan solo 11 años, fue sometido el pasado 6 de agosto a un examen médico en una clínica de la ciudad, donde sufrió un paro cardiorrespiratorio minutos después de recibir anestesia para el procedimiento.
El episodio provocó daños neurológicos severos que lo mantuvieron internado en la Unidad de Cuidados Intensivosde la Casa del Niño, donde libró una larga batalla por sobrevivir.
Durante casi dos meses, Mateo permaneció en estado de coma, aferrado a la vida mientras su madre y familiares lo acompañaban día y noche, esperando un milagro. Sin embargo, su pequeño corazón dejó de latir.
Familia exige respuestas por posible negligencia médica
Tras su fallecimiento, los familiares de Mateo piden que se investiguen las circunstancias que rodearon el procedimiento en el que el menor perdió el conocimiento.
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Solicitan que se determinen las responsabilidades médicas y se revise si durante la aplicación de la anestesia se cumplieron los protocolos exigidos por las normas de salud para pacientes pediátricos.
Expertos en salud han señalado que los procedimientos con anestesia en pacientes pediátricos deben realizarse bajo condiciones estrictas de vigilancia y con personal altamente calificado, ya que los riesgos cardíacos y respiratorios son mayores en infantes.
